Grynspan hizo esta aseveración durante la V jornada ‘Mujer y liderazgo’, celebrada en la sede de la CEOE, y que estuvo moderada por la periodista Gloria Lomana, organizadora del evento y presidenta de 50&50 Gender Leadership.

“Soy feminista pero no esencialista. No creo que las mujeres seamos mejores. Lo que demandamos es la igualdad y denunciamos una distribución desigual e injusta de las oportunidades y del ejercicio mismo de la actividad pública y privada”, declaró Grynspan, que sostuvo que el escenario contrario afecta a la “calidad” de las decisiones que se toman en los ámbitos de poder.

Igualmente, explicó que “las mujeres no somos un grupo vulnerable, sino vulnerado” y añadió que “nunca ha tenido el mundo tanta necesidad de romper los techos de cristal y abrir de par en par las compuertas para la participación de la mujer”.

Del mismo modo, defendió que “nunca las mujeres hemos tenido tantas oportunidades” para avanzar en igualdad y liderazgo, aunque avisó de que con la pandemia se han producido “retrocesos”.

En su alocución, Grynspan repasó los riesgos y oportunidades que, en su opinión, existen con la globalización, sobre la que dijo, además, que algunos han puesto en cuestión en los últimos años. Asimismo, mostró su preocupación por los efectos que están produciendo acontecimientos como la guerra en Ucrania o el cambio climático, con miles de fallecidos en Libia o graves sequías en cada vez más zonas del mundo.

UN POCO COLGADO

Por su parte, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, comentó que “el que no entienda” que ya se debe vivir en un mundo en igualdad, “50-50, es que está perdido”, dado que “la suma que hace 100 es 50 mas 50, y si no, te quedas un poco colgado”.

Recordó que el 60% del equipo directivo de la CEOE está conformado por mujeres, porcentaje que se sitúa en el 50% en el caso de la alta dirección. Además, puso en valor los programas de CEOE para impulsar el liderazgo femenino, mencionando ‘Proactiva’, ‘Progresa’ y ‘Promociona’.

Finalmente, el presidente de los empresarios mostró su deseo de que este tipo de jornadas no sean necesarias en un futuro por haber alcanzado ya la plena igualdad, al igual que, cuando era presidente de Cepyme, ironizaba con que ojalá no tuviera que serlo porque todas las empresas hubieran crecido y fueran grandes.