Según informó hoy la ONG a través de una nota de prensa, la comunidad internacional no descarta resolver la crisis del problema nuclear iraquí mediante la fuerza. Ante esta situación, Greenpeace manifestó su rechazo a cualquier posible solución militar y exigió una respuesta "multilateral, diplomática y pacífica".

Greenpeace consideró necesario que Teherán abandone su programa y haga un esfuerzo para convencer al mundo de sus intenciones pacíficas pero, al mismo tiempo, las potencias nucleares "deben comprometerse con el desarme".

Asimismo, la organización afirmó que la invasión de Irak ha tenido un efecto "brutal" sobre la población iraquí y ha provocado un aumento de la inestabilidad, del terrorismo y el debilitamiento del sistema multilateral.

Según la ONG, en noviembre de 2003, el número de integrantes de la resistencia se calculaba en 5.000, y hoy se estima en cerca de 20.000.