La organización ecologista advirtió de los riesgos del uso de pinturas antiincrustantes que contienen el tóxico TBT (tributilestaño), para las que existen alternativas libres de sustancias químicas.

Una vez concluida la acción que realizaron los activistas desde lanchas neumáticas, otro grupo de Greenpeace acudió a la delegación de Trasmediterránea en Barcelona para entregar una carta a la Dirección de la empresas, en la que exigían a la compañía que se comprometiera a no utilizar pinturastóxicas.

Greenpeace realizó un estudio a principios del pasado mes de septiembre en el puerto de Barcelona para conocer los niveles de contaminación por TBT. El análisis reveló la existencia de elevadas concentraciones de esta sustancia en las zonas de mayor tráfico marítimo y en las áreas próximas a los astilleros.

El tributilestaño se utiliza en algunas pinturas para prevenir el crecimiento de algas, caracoles y otros organismos marinos en los cascos de los buques. Según Greepeace, el TBT se liera de la pintura y entra en contacto con el medio ambiente marino, habiéndose encontrado en los tejidos de cetáceos, focas, nutrias marinas y aves acuáticas.