Así lo afirmó ante los medios en los pasillos del Congreso de los Diputados, donde celebró que, de cumplirse esta actualización de la senda fiscal, España volverá a cumplir con el Pacto de Estabilidad vigente de la Unión Europea en 2024, pese a las dudas evidenciadas por algunos organismos nacionales e internacionales, entre ellos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).

Según explicaron fuentes procedentes de la cartera dirigida por Montero, tras rebajar el déficit hasta el 4,8% en 2022, el Gobierno lo reducirá hasta el 3,9% en 2023 y hasta el 3% que marcan las reglas fiscales en 2024. Esta senda de consolidación fiscal continuará en 2025 y 2026, cuando prevé bajarlo hasta el 2,7% y el 2,5%, respectivamente. Con esta senda, espera alcanzar un superávit primario en dos años.

Desde Hacienda justificaron esta actualización de la senda fiscal en “el sólido crecimiento económico” de España, superior a la media de los países de la UE, así como al “dinamismo en la creación de empleo, con cifras récord de afiliación a la Seguridad Social”.

Ambos factores permiten un “aumento estructural” de los ingresos, que ya el año pasado se incrementaron un 14,4%. En este sentido, desde Hacienda volvieron a apuntar que el aumento de la recaudación se debió a al crecimiento de la economía y limitaron el efecto de la inflación a solo 5 puntos porcentuales del crecimiento de los recursos.

A partir de este año, el Gobierno prevé una moderación del incremento de los ingresos, pero también espera mantener un crecimiento superior a la previsión de inflación, “lo que pone de manifiesto una vez más que la mejora de los recursos públicos está sostenida por el empuje de la economía y el dinamismo del empleo”.

Con todo ello, Montero subrayó que el Gobierno acometerá esta consolidación fiscal “sin recortes”. “Lo bonito y bueno de este dato de consolidación fiscal que proyectamos para el 2024 es que se hace justamente sin practicar políticas de recortes, intentando ayudar a todos aquellos sectores que, con motivos de la crisis pandémica y después de la económica derivada de la guerra de Ucrania, han tenido una peor situación”, declaró.

DUDAS DE AIREF Y FMI

La actualización de la senda fiscal del Gobierno choca frontalmente con las previsiones trazadas por la Airef y el FMI. Justo antes de la Semana Santa, la institución presidida por Cristina Herrero elevó en casi un punto porcentual su estimación de déficit para 2023 por las medidas aprobadas para paliar la crisis energética, pasando así del 3,3% que calculó en otoño hasta el 4,2% actual.

Así las cosas, la Airef prevé que el Gobierno no cumplirá con su objetivo de rebajarlo este año hasta el 3,9%, tras cerrar en el 4,8% en 2022. Esta revisión de nueve décimas del PIB con respecto al informe de octubre se explica en que la anterior proyección macroeconómica no contemplaba la prórroga de las medidas aprobadas para paliar los efectos de la crisis energética, ni tampoco el paquete anticrisis que se aprobó en diciembre y que, entre otras cosas, recoge la rebaja del IVA de algunos de los productos básicos de la cesta de la compra.

Para 2024, la Airef no tiene todavía una previsión definitiva, pero el FMI ya enmendó hace dos semanas la anterior senda de consolidación fiscal del Gobierno a medio plazo –que era más pesimista–. Auguró entonces que España mantendrá su déficit público por encima del 3,5% del PIB al menos hasta 2028, un nivel muy alejado del 3% que fijan las reglas fiscales, y elevó su previsión de déficit para 2023 hasta el 4,5%, seis décimas más de lo que proyecta el Gobierno.

Además, cabe señalar que el escenario macroeconómico del organismo internacional arranca desactualizado, ya que recoge que España cerró 2022 con un déficit del 4,5% −una cifra que se corresponde a su anterior previsión− y no con el 4,8% que confirmó el Gobierno hace ya un mes. Sin embargo, pese a esta circunstancia, el FMI no ve que España vaya a rebajar el déficit tanto como dice el Gobierno.

CUADRO "CONSERVADOR"

Sí apuesta también por una senda a la baja para los próximos dos años, pero más moderada y con rebote en 2025. Tras el 4,5% que prevé para este año, sostiene que el déficit público cerrará en el 3,5% en 2024 y volverá a subir en 2025, cuando se elevará hasta el 3,8%. Estas cifras son mejores que las anticipadas en el anterior informe, pero, de cumplirse este augurio, España incumpliría las reglas fiscales de Bruselas. Este hecho se repetiría en los tres años posteriores, ya que la organización financiera internacional cree que el déficit se estancará en el 4% en 2026, 2027 y 2028.

No obstante, desde el Ejecutivo consideran que sus cifras son “conservadoras” y “muy realistas”. En este sentido, esperan que el tiempo les dé la razón como ya sucedió en 2022, cuando el Gobierno cumplió con su objetivo de crecimiento de PIB y déficit pese a las estimaciones más pesimistas de los diferentes organismos nacionales e internacionales.