En su intervención durante un acto organizado por el Consejo General de Economistas (CGE), García reconoció que la evolución de la inflación subyacente –que no contabiliza los productos energéticos ni los alimentos sin elaborar– va con “retraso” con respecto al índice de precios al consumo (IPC) general.

De hecho, la inflación subyacente se disparó hasta el 7,5% en enero y registró el dato más abultado de la serie histórica, según el dato avanzado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La inflación general, en cambio, se situó en el 5,8% después de llegar hasta el 10,8% en julio.

“La subyacente va con retraso, siguiendo la evolución de la general. Esperamos que llegue a su pico durante el primer trimestre y que luego baje”, diagnosticó García, quien, no obstante, rehusó aclarar si llegará a superar el 8% en los próximos meses.

Sea como sea, recordó que el Gobierno aprobó el pasado 27 de diciembre un paquete de medidas anticrisis para dar una respuesta “más focalizada” ante la inflación subyacente, que es uno de los “retos fundamentales” de cara a 2023.

CRECIMIENTO Y DÉFICIT

En paralelo, García aseguró que el Ejecutivo mantiene entre sus previsiones macroeconómicas que el PIB español crecerá un 2,1% en el conjunto de 2023, a pesar de las estimaciones de los organismos nacionales e internacionales.

En este sentido, señaló que la información de las últimas semanas apunta a que sus cálculos “no solo no han perdido verosimilitud o solidez, sino que la han ganado”, por lo que el Ejecutivo no tendría por qué hacer una revisión.

Por último, preguntado por cómo el año electoral afectará a la evolución de la deuda y el déficit público, García puso en valor el “compromiso” del Gobierno con la reducción de ambos parámetros y señaló que será “muy importante mantenerlo” durante 2023 “independientemente del calendario electoral”.