Así lo recoge un informe presentado este martes en Madrid por el ministro de Universidades, Joan Subirats, y las investigadoras de la Universidad del País Vasco que lo han desarrollado, en continuidad con el informe piloto que se realizó en 2021 sobre la misma temática.

El estudio destaca que al inicio de la carrera del personal docente e investigador no hay apenas diferencias salariales. Pero, a medida que avanza esta carrera profesional, en concreto entre los 30-39 años, la brecha tiende a su máximo coincidiendo con la edad de mayor acceso a la carrera docente.

Esta franja de edad coincide con la época en la que las mujeres y los hombres suelen iniciar proyectos familiares, pero son ellas las que ven su carrera y sueldo afectados. Con el paso del tiempo la brecha tiende a relajarse y estabilizarse, manteniéndose en torno al 5%.

En la presentación del informe las investigadoras destacaron que el grueso de la brecha salarial entre hombres y mujeres en las universidades se produce en los complementos salariales, hasta llegar al 19,1%; si bien unos complementos presentan más nivel de brecha que otros.

MÁS DEL 20% DE BRECHA

En términos generales, el 52% de las universidades presentan una brecha superior al 20% y el 23% de ellas reporta una brecha salarial general en complementos inferior al 10%. Aunque los valores medios se sitúan en torno al 20%, algunas instituciones muestran unos valores superiores al 30%.

El informe ha sido desarrollado en esta ocasión por las investigadoras de la Universidad del País Vasco y la Universidad pública de Navarra, Mari Luz de la Cal Barredo, Aitziber Etxezarreta Etxarri, Arkaitz Galbete Jiménez; y la coordinación de Elena Martinez Tola. Además, repitió en la supervisión del informe Pilar Carrasquer, de la Universidad Autónoma de Barcelona.

El objetivo de este informe, según indicó Universidades, es conocer la brecha salarial existente en el sistema universitario, sus características y sus causas para poder diseñar medidas que puedan tomar las universidades para reducirla, hasta su eliminación.

La iniciativa contó con la participación de todas las 48 universidades públicas (no participaron las dos universidades internacionales por tener una distribución de personal docente e investigador poco comparable) y con el apoyo de Crue Universidades Españolas, la agencia de acreditación de calidad Aneca, el mencionado Ministerio y las propias universidades.