Los ingresos se recortaron un 2,1% y se situaron en 6.140 millones, y el Ebitda (resultado bruto de explotación) bajó de 700 millones en enero-junio anterior a 642 millones esta primera mitad de 2024.

La multinacional señala en un comunicado que los resultados se han visto afectados por unos volúmenes de producción de vehículos que han tenido un crecimiento interanual del 0,5%, “un comportamiento moderado que coincide con una comparativa complicada por el extraordinario crecimiento del primer semestre de 2023”.

El presidente ejecutivo de la compañía, Francisco J. Riberas, afirma que “el segundo trimestre ha confirmado la previsible ralentización del mercado de producción de vehículos en 2024 y la volatilidad en la transición a vehículo eléctrico”.

“Ante este escenario, la estrategia que tenemos y hemos venido implementando en los últimos años nos facilitará la transición y el mantenimiento de nuestra diferenciación competitiva. Poner el foco en la rentabilidad con palancas de eficiencia y flexibilidad y una política selectiva de inversiones, como principales ejes de nuestra estrategia, nos permite preservar la fortaleza financiera de Gestamp”, añade Riberas.

Para el año 2024, Gestamp prevé una ralentización en todos los mercados en los que está presente, a excepción de Nafta donde está implementado el Plan Phoenix, y Asia, donde Gestamp ha mantenido un crecimiento sostenido por encima del mercado gracias a su posición competitiva en el segmento del vehículo eléctrico.