Lo dijo en una entrevista en TVE recogida por Servimedia, en la que dio por hecho que el Gobierno se avendrá a permitir que el decreto se tramite como proyecto de ley para asegurarse el apoyo de sus habituales socios parlamentarios.

Garzón explicó que las medidas contenidas en la norma permitirán “depender en menor medida de nuestros proveedores externos” en materia energética y consideró que la tramitación como proyecto de ley posibilitará al resto de grupos introducir las mejoras que juzguen oportunas.

A pesar de ello, dejó claro que su desarrollo y convalidación “se hace con urgencia porque estamos en una situación de urgencia”.

A su vez, el titular de Consumo presentó como “excusas” los argumentos esgrimidos por el PP para votar en contra del decreto, un rechazo que situó como un elemento más de su “estrategia de acoso y derribo al Gobierno sin importarle la medida en cuestión” de que se trate.

En ese sentido, afeó las contradicciones del PP al oponerse a una norma dimanante de un acuerdo auspiciado por la Comisión Europea, dirigida por la alemana Ursula von der Leyen, “de la misma familia política” que el Partido Popular. “No sólo estamos ante medidas de sentido común, sino ante una línea marcada por el Partido Popular Europeo”, enfatizó.

Garzón restó importancia al posicionamiento del PP en esta cuestión, el cual “zigzaguea” para acomodarlo a su verdadero objetivo, que, a su juicio, “no es otro que arremeter contra el Gobierno”, a pesar de que el decreto es “necesario”.

Por su parte, reconoció que le preocupa “enormemente” las consecuencias del alza de la inflación, “un problema estructural de la Unión Europea que se ha agudizado” tras la invasión rusa de Ucrania iniciada hace hoy seis meses.

Tras reivindicar las medidas impulsadas por el Gobierno para minimizar su impacto, como la ‘excepción ibérica’, confesó la importancia de “seguir atendiendo la pobreza energética” y la desigualdad en España a través de “medidas redistributivas del Estado”, como el impuesto a las grandes fortunas.

Respecto a las movilizaciones anunciadas por UGT para el próximo otoño en caso de que la patronal no se preste a negociar incrementos salariales ajustados a la subida de la inflación, Garzón comprendió el punto de vista del sindicato al comentar que el alza de los suelos ha sido bastante inferior al de los beneficios empresariales en los últimos 20 años.

Por esa razón, apostó por “corregir esa dinámica” subiendo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), aplicando la reforma laboral, “mejorando” la negociación colectiva y “fortaleciendo” a los sindicatos.

Luego de conceder que UGT “hace un planteamiento correcto respecto a la música”, sugirió que la letra “se tiene que componer” en la mesa de la negociación colectiva.