Dentro de esa categoría incluyó a los miembros del Partido Popular, de los que dijo que "son incapaces de retractarse cuando el Tribunal Supremo les quita la razón", en relación con las acusaciones que vertieron sobre la actuación del Gobierno en los casos Crillon y Papeles deLaos.

Esta afirmación provocó las iras de los bancos populares que rompieron en imprecaciones y un sonoro abucheo contra el presidente del Gobierno.

González centró su réplica principalmente en responder al presidente del PP, José María Aznar, al que advirtió que "la presidencia del Gobierno no es un baluarte en el que esconderse ni lo será. El presidente del Gobierno está sometido a la acción de la justicia con la que yo colaboraré y pediré que se conceda mi suplicatorio si el Tribunal Supremo etima conveniente solicitarlo".

A continuación espetó al presidente del PP que la presidencia es "un esfuerzo y un sacrificio al servicio de los ciudadanos cuando se ha ejercido durante 13 años, aunque no se vea del mismo modo cuando no se ha ejercido nunca".

El líder socialista se mostró dispuesto a "asumir las responsabilidades políticas tanto de los errores como de los aciertos" de sus años de presidencia y advirtió que las elecciones "no las va a convocar nadie que esté implicado en el asunto AL o en cualquier otro tema; las va a convocar el presidente del Gobierno".