La Fundación Once pone en marcha la Colección Solidaridad ---------------------------------------------------------

MADRID
SERVIMEDIA

Alvaro Gil-Robles, Defensordel Pueblo, señala en el prólogo del libro "Las entidades no lucrativas de carácter social y humanitario" que "los fundamentos constitucionales de la acción voluntaria están huérfanos de desarrollo: el derecho de asociación, que proclama el artículo 22, y el derecho de fundación, que garantiza el artículo 34".

En su opinión, la necesidad de contar con una nueva ordenación legal de estos preceptos es, por tanto, "cada vez más imperiosa, pues la pervivencia de la regulación preconstitucional de ambos noes precisamente un elemento que favorezca su ejercicio".

Su escrito añade que el derecho, "centrado en exceso en la contraposición entre lo público y lo privado", no parece haber aprehendido aún, hasta sus últimas consecuencias, el fenomeno emergente del "tercer sector": organizaciones no gubernamentales, entidades no lucrativas y voluntarias.

Por lo tanto, "se echa en falta una regulación coherente con esta realidad", dice Gil-Robles y cita la ausencia de normas para la prestación de servicios bnévolos o "la falta de un marco fiscal que, conforme a la recomendaciones de las más conspicuas instancias internacionales, sirva de acicate para la multiplicación de las iniciativas sociales".

"Las entidades no lucrativas de carácter social y humanitario" es la primera obra de la Colección Solidaridad, que ha puesto en marcha la Fundación ONCE; un trabajo que coordinan dirigen Rafael de Lorenzo, directivo de la ONCE; Miguel Angel Cabra de Luna, y Enrique Gimenez-Reyna.

El libro, que será presentdo en la Escuela Libre de Derecho y Economía el próximo 26 de septiembre, jueves, "es una valiosa reflexión acerca de cuáles pueden ser la líneas básicas para este desarrollo", en opinión del propio Gil Robles.

El Defensor del Pueblo reflexiona también en su prólogo sobre el rumbo que deberían seguir las iniciativas no lucrativas e indica que "pasaría por las coordenadas de aceptar la irrenunciable responsabilidad del Estado en el campo social, sin que ello signifique relegar a la iniciativa sin fin d lucro a un simple papel complementario o sudsidiario".

(SERVIMEDIA)
24 Ene 1991
SMO