Los promotores de esta iniciativa aseguran que "la ley debe obligar a cada entidad a poner en marcha un servicio bancario universal gratuito que cubra las necesidades fundamentales de todos, sin discriminación de condición ni de recursos", según informó "Le Figaro".

La iniciativa francesa coincide con el acuerdo alcanzado en Gran Bretaña, el mismo día 20, entre el Gobierno de Tony Blair y las seis mayores entidades financieras del país, a fn de que éstas ayuden a financiar un banco para pobres que prestará servicios a través de las oficinas del Servicio Postal.

El acuerdo alcanzado establece que el Tesoro británico aportará anualmente unos 96.000 millones de pesetas, en tanto que los grandes bancos pondrán alrededor de 20.600 millones, 13.700 millones menos de lo que el Gobierno de Tony Blair les había reclamado inicialmente.

La aportación bancaria será hecha por seis bancos: Barclays, Lloyds TSB, Royal Bank of Scotland/NatWest, HSC, Abbey National y Halifax.

Con la "banca para pobres", las personas sin recursos podrán tener cuentas corrientes, aunque no facilidades de préstamo. Las primeras cuentas corrientes estarán disponibles en las oficinas de correos hacia el tercer trimestre de 2002.

El mercado potencial de la "banca para pobres" es enorme, ya que en Gran Bretaña hay 3,5 millones de personas (alrededor del 9% de la población) que no tienen cuenta de ninguna clase, especialmente entre las minorías y las mujeres.

Para el Gobierno británico, tiene además la ventaja de que podría pagar electrónicamente las prestaciones de Seguridad Social de alrededor de tres millones de beneficiarios de ayudas públicas que no tienen cuentas.

Muchos millones de británicos que no tienen cuentas abiertas se encuentran en esa situación porque la documentación exigida por la banca convencional, como el pasaporte, el carné de conducir o algún certificado de residencia, pueden resultan un obstáculo insuperable.

Por contra, la reddel Servicio Postal cuenta con la ventaja de que no intimida a los pobres y de que dispone de más de 18.000 oficinas en todo el territorio británico, de manera que el 95% de la población reside a menos de una milla de alguna de sus sucursales.

Los pobres obtendrán un beneficio adicional de este acuerdo. Se calcula que quienes tienen domiciliados los pagos gastan un 9% menos en gas y electricidad que quienes usan contadores con sistemas de prepago.