Los expertos afirman que la transmutación podría destruir las existencias del mortífero plutonio, minimizar la amenaza del terrorismo nuclear e incluso ayudar a generar electricidad.

De acuerdo con los físicos, la transmutación puede reducir de 200.000 años a 15,8 segundos el tiempo necesario para que uno de los componentes más nocivos de los deschos radioactivos, el technetium-99, reduzca a la mitad su inicial nivel radioactivo.

El technetium-99 es un producto de la fusión del uranio y de los reactores, del que se generan seis toneladas al año en todo el mundo. Como se disuelve fácilmente en el agua, representa, además, una amenaza en la cadena alimentaria.