La curandera, Mecedes Brutón Rodríguez, que fue denunciada por varios pacientes, negó en su declaración ante el juez que pusiera cocaína en los brebajes que daba a los enfermos de leucemia y de cáncer que trataba.

Según los peritos judiciales, los brebajes que preparaba la acusada llevaban una pequeña porción de cocaína que apenas se notaba al ir mezclada con agua.

Mercedes Brutón, que desmintió ante el magistrado que cobrara por el tratamiento que ofrecía, daba incluso golpes y mazazos a sus pacientes, según la denuncias. La curandera reconoció en su defensa que sólo cobraba propinas, con lo que tenía para sus gastos diarios y aseguró que creía tener poderes curativos.

Según la acusada, la mayoría de los padres de los niños de entre 10 y 13 años que trataba se mostraban satisfechos y la consideraban como un Dios.

Dolores Carrillo, una de las testigos y denunciantes, declaró en la vista que la acusada le cobraba 6.000 pts. dos veces por semana y explicó que la curandera le había asegurado que podía cura la células cancerígenas que padecía su hijo, al que trató durante 10 meses, con las yemas de su dedos.