FELIPE GONZALEZ DEFIENDE QUE EL ESTADO DEBE INTERVENIR EN EL PROCESO DE DISTRIBUCION DE LA RENTA
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El secretario general del PSOE, Felipe González, defendió que el Estado debe intervenir en el proceso de distribución de la renta, al presenta hoy en Tokio el informe de la ONU sobre Desarrollo Humano.
En opinión de González, "es preciso combatir los cantos de sirena de las políticas según las cuales para favorecer el crecimiento económico, el Estado debe evitar intervenir en el proceso de distribución de la renta, dejando actuar libremente al mercado en esta materia".
Añadió que "estas mismas políticas están utilizando el pretexto de la mundialización económica para propugnar el repliegue del Estado de bienestar, argumentando que la cmpetitividad de los países desarrollados resulta insostenible con los niveles de protección social alcanzado en el continente europeo".
El dirigente socialista afirmó estar convencido de que "la capacidad para impulsar el desarrollo humano, incluso en circunstancias económicamente adversas, está relacionada con el avance de la democracia en todo el planeta y especialmente en aquellas áreas en las que durante los años ochenta se ha registrado un proceso en las libertades políticas, en los derechos humaos y en la implantación de sistemas democráticos".
En opinión de González, "uno de los fenómenos más esperanzadores de la experiencia que recoge el informe del Desarrollo Humano en 1966 muestra que el modelo de economía abierta, cuando se practica en combinación con políticas razonables de distribución de la renta y de elevación del nivel educativo general de la población, es el que produce mejores resultados".
ESTADO DEL BIENESTAR
En referencia expresa a la experiencia vivida en España, FelipeGonzález recordó que en 1993 el índice de desarrollo humano en nuestro país era el décimo del mundo, veintiún puestos por delante del que nos habría correspondido por la renta per capita. "Yo atribuyo el diferencial español entre nivel de desarrollo económico y nivel de desarrollo humano -que es el más elevado de entre todos los países desarrollados- a la plena consecución durenta los años ochenta de las tres grandes universalizaciones que constituyen la base de los sistemas de bienestar social en Europa, a de la educacioón, la de la asistencia sanitaria y la de las pensiones".
En cuanto al ámbito internacional, González afirmó que "el resultado más beneficioso para todos se producirá si los países más avanzados mantienen la protección social -corrigiendo los desequilibrios y los desajustes que puedan haberse producido- y se estimula la implantación progresiva de sistemas de protección social, a medida que los países avanzan en su nivel de desarrollo".
También afirmó que "la vinculación entre derehos fundamentales -entre los que se encuentra el respeto a los convenios básicos de la OIT- y libertad de comercio es condición necesiaria para el mantenimiento a largo plazo del sistema de comercio internacional abierto, ya que en caso contrario, la población de los países más desarrollados terminaría por rechazarlo".
Matizó, no obstante, que "condición necesaria no significa condición suficiente" y que los pobres resultados en términos de empleo registrados en los países industrializados indican que"no cabe esperar una traslación directa y automática del ritmo de crecimiento económico al de empleo".
Tras señalar que hay quienes afirman que a medida que la revolución tecnológica se vaya asimilando, la economía recuperará una intensidad de creación de empleo similar a la del pasado, Felipe González dijo que "esto puede no ser cierto o tardar demasiado tiempo en materializarse. Y cuando llevamos ya más de quince años en esta situación, la apelación a fórmulas imaginativas de reparto del trabajo disonible me parece inevitable".
La profundización de la brecha entre países afortunados y países que viven en la miseria fue calificada por González como "el hecho más lacerante denunciado por el informe de este año". Por esta razón, subrayó la necesidad de "reforzar la política de cooperación en todos los ámbitos y concentrar la que se realice en el frente del desarrollo humano sobre aquellas políticas y tipos de gasto que inciden directamente sobre la lucha contra la pobreza de capacidad: la alfabetizción, la alimentación infantil y la asistencia sanitaria".
Felipe González recordó que la cumbnre de Copenhague acordó impulsar el pacto por el que los países en desarrollo "deberían comprometerse a destinar al menos una quinta parte del gasto público a los servicios sociales básicos, para beficiarse de una reorientación de los presupuestos de ayuda al desarrollo de los países industrializados, que se destinarían también en una quintna parte, al menos, a esas mismas actividades".
Tras destacar qu en el diseño y ejecución de este tipo de actividades las ONGs "han demostrado ser el vehículo más efectivo para volcar de una manera directa el esfuerzo humanitario de la población de los países industrializados sobre la de los países menos adaptados", González concluyó solicitando el compromiso de los responsables políticos de todos los países, porque "las democracias sólo se enfrentan a estos problemas cuando el liderazgo político se asienta en un firme compromiso ético".
(SERVIMEDIA)
17 Jul 1996
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