En una entrevista concedida a Servimedia, Ariño explicó que desde las asociaciones europeas están trabajando para que los gobiernos entiendan que tienen que ayudar a la familia y "entre todos unir fuerzas para sacar el tema de la enfermedad mental adelante, porque los gobiernos solos no pueden; nos necesitan y les necesitamos".

Hasta hace poco, recordó Ariño, los enfermos mentales no estaban ni siquiera considerados como afctados por una discapacidad y ahora "empiezan a tener las posibilidades y las ayudas que puede tener otra persona con un problema como ellos, pero hay que seguir avanzando".

EUFAMI pide apoyo a los gobiernos nacionales y regionales para conseguir más recursos sociales, acuerdos socio-sanitarios y para que incrementen los ingresos para enfermos mentales. En esta línea, Ariño demandó que se facilite la incorporación de estos enfermos al mercado laboral, que se mejoren sus pensiones igualándolas a las qu ofrecen los países nórdicos y que se potencien los intercambios de buenas prácticas con otros países.

En el último Congreso Europeo de Neuropsicofarmacología, celebrado en Praga, la representante de las familias de enfermos mentales en Europa pudo conocer los nuevos avances farmacéuticos, algunos de los cuales ya han sido autorizados en EE.UU. Según dijo, estos nuevos fármacos parece que pueden mejorar sensiblemente la calidad de vida de los enfermos, ya que reducen en gran medida los efectos secundaios, sobre todo en tratamientos de esquizofrénicos.

Begoñe Ariño explicó que su organización tiene puestas grandes esperanzas en estos nuevos fármacos. "Pedimos a los gobiernos que nos faciliten lo antes posible el acceso a estos fármacos y que no frenen el proceso de acceso a esas medicaciones", demandó.

"Queremos acceso", explicó, "a todo lo mejor para el enfermo, para mejorar su calidad de vida, acceso y opciones personalizadas, porque cada paciente es distinto. Queremos que haya medicación, qe haya recursos, que haya opciones, porque una buena medicación y un buen apoyo familiar facilita el acceso al trabajo y retrasa y minimiza muchísimo las crisis".

Begoñe Ariño, de padre vasco y madre inglesa, comenzó a trabajar en una asociación de enfermos mentales de Bilbao (Euskadi), donde vive con sus hijos, uno de ellos con un problema de sordera y que padece esquizofrenia, aunque está plenamente integrado en la sociedad y trabaja en un centro especial de empleo.

"El que yo haya representadoa España en Europa ha sido muy importante para avanzar en nuestro país", aseguró. Hace 10 años que funciona EUFAMI y España participó en el congreso fundacional que se celebró en Bélgica.

"Hablar en nombre de Europa es muy difícil, porque hay muchas situaciones diferentes. En España estamos avanzando mucho, pero no estamos al mismo nivel que el resto de los países europeos, aunque al no haber sido pioneros se tiene la ventaja de no cometer las equivocaciones que han cometido otros países", aseguró la residenta de EUFAMI.

A su juicio, es difícil generalizar en Europa sobre la situación de los enfermos y las familias, al igual que en España, porque, explicó, incluso en una misma región hay diferencias entre la ciudad y las zonas rurales.

"Estamos intentando paliar estas desigualdades y a la vez sensibilizar a las instituciones para que atiendan a todos. Muchos de los casos que ocurren de abandono de enfermos y las consecuencias negativas que provoca una enfermedad mental se producen porque no s les ha tratado. Las familias no saben cómo hacerlo y no llegan las ayudas", lamentó.

En la actualidad, están surgiendo muchas asociaciones de familias en Europa que ven que el sistema está fallando y que han comenzado a crear recursos para atender a los enfermos.

"El peligro que se tiene con esto es que las familias se olvidan de sí mismas y son el pilar, porque si falla el entorno familiar del afectado hay una desestructura total y afecta muy negativamente, ya que esta enfermedad genera enfermead a su alrededor si no se trata bien", subrayó Ariño.

El trabajo de EUFAMI en Europa ha conseguido que la OMS organice un foro de reflexión para ver cómo se puede ayudar y apoyar a las familias de enfermos mentales, "porque se han dado cuenta de que las asociaciones de afectados y las familias podemos hacer muchísimo para que se produzcan los cambios que hacen falta", añadió.

El proyecto más importante que está desarrollando en estos momentos EUFAMI es el denominado "Prospect", que consiste en l formación de familiares, usuarios y profesionales para que a su vez ellos formen a otros.

ESQUIZOFRENIA

La enfermedad mental más estigmatizada es la esquizofrenia. Una de cada 100 personas la padece, pero muchos la ocultan, no están medicados y no son tratados adecuadamente. Hay casos extremos de esquizofrénicos que pueden ser peligrosos porque no se les ha atendido, según los psiquiatras y familiares, que aseguran que si son atendidos no suelen ser peligrosos excepto para ellos mismos.

BegoñeAriño explicó que el problema más grave es el estigma que conlleva, en general, la enfermedad mental, porque "si no superas el estigma, no coges el toro por los cuernos, no buscas la ayuda, que es lo que tienes que hacer, no te preparas y no pones los medios para afrontar un situación completamente nueva en la vida".

Según los datos de EUFAMI, sólo un 10 por ciento de los esquizofrénicos necesita estar hospitalizado de por vida, aunque las familias no pierden las esperanzas de que puedan mejorar con nevos medicamentos. El resto sólo tiene crisis y se recuperan.

Hay un 20 por ciento de estos enfermos que vive una vida totalmente normal y alrededor de un 25 por ciento que con apoyo, rehabilitación y acceso al trabajo pueden vivir una vida normal. Otro 20 por ciento se encuentra en centros de apoyo, ya que por su situación no puede acceder al mundo laboral.

No obstante, aunque la esquizofrenia sea la enfermedad mental que más asusta, hay otras más duras, como son los trastornos de la personalida, porque no hay medicación para ellas y son muy difíciles de tratar. Son considerados enfermos mentales los paranoicos, esquizofrénicos, bipolares y depresivos, aunque la bulimia y la anorexia también se presenta como un trastorno mental, no sólo alimentario.