"Para estar cinco días o más en el mar y aguantar las condiciones que soportan en el viaje, si no vinieran completamente sanos, más de uno se quedaba en el camino", indicó Samuel Gómez, especializado en ayuda humanitaria a inmigrantes y jefe de un equipo de respuesta inmediata ante emergencias de Cruz Roja en Las Palmas de Gran Canaria.

Gómez lanzó un mensaje de tranquilidad a la población canaria para que no se alarme ante posibles riesgos, ya que el índice de tuberculosis u otras enfermedades entre los subsaharianos es "bajo" o "inexistente". "Es algo que preocupa mucho a la gente de Canarias", manifestó este experto de Cruz Roja a "Quince días", revista de información social de Obra Social Caja Madrid.

Por su parte, Dácil Cárdenes, médico y voluntaria de Cruz Roja, cuya labor consiste en comprobar el estado de salud de los recién llegados, indicó que la mayoría presentan los signos propios de haber pasado varios días en el mar, como deshidratación e hipotermia, "porque vienen con las ropas muy mojadas y no tienen dónde resguardarse".

"Otros síntomas son el dolor de abdomen por el ayuno prolongado, heridas por quemaduras de sol, cuerdas y aparejos, gasolina o por el agua del mar", añadió.

Asimismo, Alberto Candela, patrón de una de las lanchas de Salvamento Marítimo y colaborador de Cruz Roja, constató que el estado de salud de los que llegan es "bastante bueno", a pesar de sufrir los síntomas del duro viaje.

Todos estos especialistas en la atención a los subsaharianos que arriban a las islas destacaron que en un primer momento los recién llegados "están bastante a la defensiva", porque se encuentran con una realidad que no tiene nada que ver con lo que imaginaban, pero a medida que se les atiende se van abriendo y se muestran como personas extremadamente agradecidas.