(ESTA NOTICIA AMPLIA Y SUSTITUYE LA NUMERO 45 DE HOY)
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El ml estado del hormigón provocó el derrumbamiento, a primeras horas de esta mañana, de gran parte del Hotel Bahía, que a última hora de esta tarde presentaba un saldo provisional de dos muertos, tres desaparecidos y siete heridos de diversa consideración, todos ellos pertenecientes a la empresa de construcción Ascam.
Los dos fallecidos son Jesús Alvarez, de 56 años, casado y padre de tres hijos, y Rafael Santiago Martín, de 26 años, también casado y con dos hijos.
Mientras los efectivos de salvameno buscaban a última hora de esta tarde a Angel Haya Villegas, de 27 años; Julio Serrano Alonso, de 24 años, y Gonzalo Moltalvo Fernández, de 59 años, el presidente de la contructora Ascam, Santiago Díaz, declaró que el accidente se produjo "al estallar uno de los setecientos pilares de los que consta el edificio".
Carlos Valiño Torres, de 29 años; Albino Pérez Varela, de 22, y Manuel Casado Navarro, de 20, permanecen ingresados en estado grave en la unidad de politrauma del Hospital Marqués de Valdecila, de la capital santanderina. Juan Carlos Haya, hermano del desaparecido Angel Haya, ha sido dado de alta.
José Manuel García, técnico en estructuras, explicó que "los pilares no avisan que van a estallar y el simple golpe de un mazo sobre un pilar puede provocar un desastre como éste".
Aunque los responsables de las empresas que desarrollaban el proyecto de remodelación y ampliación del Hotel Bahía de Santander reconocieron que conocían las deficiencias desde hace diez días, manifestaron que e ningún momento pensaron en paralizar las obras, "ya que, por el momento, sólo hacíamos estudios sobre la resistencia de la estructura y los defectos encontrados se solucionaban con el refuerzo de los pilares".
Asimismo, los responsables de Ascam y Ucisa consideran que el siniestro de hoy "es producto de la mala suerte y en ningún momento nos sentimos responsables".
A la espera del resultado definitivo de las investigaciones en curso, fuentes del sector de la construcción consultadas por Servimeda dijeron que, desde el inicio de las obras de remodelación en curso, los técnicos detectaron diversas deficiencias en la estructura del inmueble, lo que les impulsó a tomar muestras de hormigón para su examen.
"El hormigón no está en buen estado", apuntó José María Cárcenas, aparejador del Ayuntamiento de Santander, "y era objeto de análisis por parte de la emprensa Icinsa. Por lo que se pude ver ahora, la estructura del edifico estaba sometida a un gran esfuerzo y, al realizar el desmonte de las dosúltimas plantas, y aunque estaba apuntalado, el techo ha cedido y se ha producido lo que llamamos una reacción en empatía, desmoronándose todo el edificio".
Cárdenas explicó también que la responsabilidad de paralizar las obras era "exclusivamente de la empresa", aunque matizó que desconocía si ya existían informes al respecto.
"Por lo que parece a simple vista", matizó, "creo que lo que estaban haciendo es descubrir la estructura y enviar el material a analizar".
Otras fuentes contactadas pr esta agencia aseguraron que Icinsa ya había advertido del peligro que suponía el desarrollo de la obra, debido a la antigüedad y mal estado evidentes de los materiales del edificio.
Diversos arquitectos y aparejadores santanderinos indicaron a Servimedia que, tras observar el estado en que quedaron las ruinas del hotel, el edificio pudo haberse caido hace mucho tiempo, por lo que "resulta evidente que el detonante del siniestro fue la intervención del hombre en su estructura".
UN RUIDO SECO Y PROFNDO
El accidente ocurrió hacia las 6,30 de la mañana, media hora después de que los trabajadores iniciaran sus actividades. Por causas aún no esclarecidas oficialmente, la octava planta del edificio se vino abajo y precipitó el inmediato derrumbe de sus dos terceras partes, en el que en aquel momento trabajaban veinte obreros.
"Se oyó un gran ruido sobre nuestras cabezas; seco y profundo, y, de pronto, vimos caer todo el edificio", comentó uno de los que pudieron escapar ilesos.
Siete obrero fueron transportados por ambulancias de distintos varios sanitarios privados al hospital Marqués de Valdecilla, donde quedaron internados.
Hacia las dos de la tarde, los equipos de rescate, ayudados por perros especialmente adiestrados, rescataron el cadáver de Rafael Santiagto Martín, de 26 años, uno de los cinco trabajadores que cayeron sepultados entre los restos del hotel.
De los otros cuatro desaparecidos, tres fueron identificados a primeras horas de esta tarde, como Jesús Alvarez Alonso, e 56 años; Julio Serrano y Angel Haya.
En cuanto a los heridos internados en el Marqués de Valdecilla, son Carlos Valino Torres, de 29 años; Albino Pérez Varela, de 22, y Manuel Casado, de 20, que permanecían ingresados en la Unidad de Politrauma del citado centro sanitario; Pedro Vena Cueto, de 28 años, afectado de traumatismo craneal, de carácter leve; Francisco Javier Cimano Calvo, de 23, con erosiones múltiples, y Roberto González Onaindía, de 26 años, que sufre traumatismo cervical.
El estad de todos ellos evolucionaba favorablemente, a pesar de la gravedad de algunos, según informaron fuentes del hospital a esta agencia a las cuatro de la tarde.
Por otro lado, Juan Carlos Haya, hermano de uno de los trabajadores sepultados entre los restos del edificio, tuvo que ser ingresado en la misma institución sanitaria con un "shock" emocional intenso.
HABRA INVESTIGACIONES
Tanto la Delegación del Gobierno en Cantabria como el Ayuntamiento de Santander prometieron el desarrollo de investigciones con el fin de depurar responsabilidades, en tanto que el presidente de la región, Juan Hormaechea, que permaneció en el lugar del accidente desde las 9,30 de la mañana, dijo que el Gobierno autónomo no abrirá ninguna inspección.
El alcalde de la ciudad, Manuel Huerta, que asistía hoy en Valencia a una reunión con otros alcaldes españoles, viajó a Santander en cuanto conoció la noticia del siniestro.
El Hotel Bahía, que fue inaugurado en julio de 1950, ha soportado numerosas remodelaciones,la última de las cuales, la más ambiciosa, comenzó el 1 del pasado mes de diciembre. Con ella, pretendían dotar al complejo hostelero de dos plantas más y un total de 210 habitaciones.
Situado en pleno centro de la capital cántabra, junto a la estacióm marítima de Santander y a pocos metros de la Delegación del Gobierno, el establecimiento contaba con 180 habitaciones y estaba catalogado de cuatro estrellas.
(SERVIMEDIA)
27 Ene 1992
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