El primero de los dos atentados se produjo anoche en la localidad barcelonesa de Lliça d'Munt alrededor de las 23,30 horas y a causa del mismo resultó muerto el artificiero de la Guardia ivil Enrique Martínez Hernández, de 30 años, casado y padre de una niña de 4 años.

Martínez Hernández se había desplazado al lugar de los hechos junto con una unidad TEDAX de desactivación de explosivos, para comprobar la veracidad de una llamada anónima recibida a las 21,45 horas de ayer en el cuartel de la Benemérita en la localidad de Montgat.

El comunicante, un hombre que dijo hablar en nombre de ETA, indicó que en la calle Jacint Verdaguer de Lliça d'Munt se encontraba un vehículo "Fiat Uno"en cuyo maletero supuestamente se hallaba encerrado el propietario de otro coche, un "Opel Kadett" que había sido robado a punta de pistola horas antes.

Cuando el artificiero Enrique Martínez se encontraba a unos cinco metros del "Fiat Uno" y procedía a manipularlo, éste, cargado con 15 kilos de amosal, hizo explosión y el cuerpo del agente quedó destrozado.

La deflagración causó un gran socavón en el suelo y la onda expansiva rompió los cristales de los edificios próximos. Según han asegurado vaios vecinos, el "Fiat Uno" llevaba aparcado en el lugar del crimen tres días, por lo menos.

Según un vecino que en aquel momento paseaba a su perro, el coche-bomba llevaba matrícula de Zaragoza. Poco después observó un "Opel Kadett" rojo con matrícula de Navarra que abandonaba la zona.

A mediodía quedó instalada en el Gobierno Civil de Barcelona la capilla ardiente con el cadáver de Enrique Martínez, natural de Linares (Jaén).

SEGUNDO ATENTADO

El segundo atentado se produjo a las 7,55 hora de hoy en el término municipal de San Quirze del Vallés, en la provincia de Barcelona, y en él murió Antonio José Martos Martínez, de 28 años, casado y con una hija. Aunque vivía en Sabadell, era natural de Linares (Jaén), al igual que el guardia civil asesinado horas antes en Lliça d'Munt.

Un comunicante anónimo telefoneó a las 6,30 horas de esta mañana al Real Automóvil Club de Cataluña, alertando de que a las 8,45 haría explosión un coche-bomba en un paso elevado de la autopista Tarrasa-Barcelona,según confirmó un portavoz del Gobierno Civil de Barcelona.

El atentado tuvo lugar en el polígono industrial de Can Casablanca, donde los terroristas hicieron estallar un "Ford fiesta" con matrícula falsa. El director general de Seguridad Ciudadana de la Generalitat de Cataluña, Antoni Croels, explicó que los artefactos utilizados en ambos atentados son del mismo tipo.

CONCIERTO CONTRA EL TERRORISMO

Esta nueva escalada de ETA se produce el mismo día en que se celebra en Barcelona un concierto cntra el terrorismo bajo el lema "Di basta con nosotros".

Más de cien colaboradores voluntarios, la mayoría estudiantes, participan en la organización de un concierto que será presentado por el cantautor Joan Manuel Serrat y sus beneficios irán destinados a la Asociación Víctimas del terrorismo.

En lo que va de año, ETA ha asesinado a 17 personas, 6 de ellas en la provincia de Barcelona. En los otros tres atentados perpetrados por la banda terrorista en esa provincia, murieron ametrallados dos polcías nacionales, un teniente coronel del Ejército del Aire, un sargento primero y un brigada de la banda de música del cuartel de Bruch.

Posteriormente fue asesinado en Valencia el catedrático de Derecho Manuel Broseta, en Cartagena un policía y en Madrid tres capitanes, un soldado y un civil que viajaban en un furgón militar.

Según las investigaciones policiales, todas las acciones llevadas a cabo en Cataluña y Levante son obra del "comando itinerante", integrado por José Luis Urrusolo Sistiaga,Idoia López Riaño y Juan Carlos Narváez Goñi. Este grupo sustituyó al desarticulado "comando Barcelona", dos de cuyos integrantes, Joan Carles Monteagudo y Juan Félix Erezuma, murieron al enfrentarse con la guardia civil cuando iba a ser detenidos.

Precisamente este suceso de produjo en un chalé de la localidad de Lliça d'Munt, donde anoche fue asesinado el agente Enrique Martínez.

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, expresó, "en nombre del pueblo catalán", su "indignación y desprecio" or los dos atentados. "Cataluña", dijo, "no debe dejarse impresionar, porque somos un país pacífico". Los atentados también fueron condenados por todos los partidos parlamentarios catalanes.