Media hora después, el juez del nstrucción número 10 de Santander, encargado de las diligencias, ordenaba el levantamiento de los cuerpos, con claros signos de descomposición por haber permanecido cien horas a la intemperie, y su traslado al depósito del hospital Marqués de Valdecilla.

Concluyó así una operación de rescate que comenzó el pasado lunes, día del derrumbamiento, en la que han trabajado sin descanso un equipo de 150 personas, entre policías, bomberos, Protección Civil y técnicos llegados a Santander para la ocasión, junt con perros adiestrados.

El hallazgo de los dos últimos cadáveres lo pronosticó esta misma mañana el responsable de las labores de desescombro, el arquitecto municipal de Madrid, Fernando Macías, quien afirmó que en el transcurso de esta tarde se tendrían finalizadas las labores de desescombro.

Según Macías, entre las paredes del hotel todavía quedan unas 500 toneladas de escombros, que se terminarán de recoger en las próximas horas.

Ahora se abre un nuevo capítulo en la historia de este sinestro. Los expertos llegados de otros puntos de España hasta la capital cántabra para participar en la demolición de la parte de edificio que queda en pie, han desechado la utilización de explosivos porque las detonaciones podrían afectar a la estructura de los inmuebles anexos; en su lugar, utilizarán grúas de demolición convencionales.

EL GOBIERNO CENTRAL, CULPABLE

Por su parte, horas ante de la localización de los dos obreros sepultados bajo los escombros, el presidente de Cantabria, Juan Hormaecea, afirmó que la responsabilidad del siniestro es del Gobierno central.

El jefe del Ejecutivo regional aseguró que: "el cien por cien de la responsabilidad sobre las muertes ocurridas en el Bahía es del Ministerio de Trabajo".

En su opinión, el Gobierno que él preside no tiene facultad para supervisar las obras, "responsabilidad ésta del Gobierno de Felipe González", resaltó.

"Es el Gobierno quien debe entrar en los edificios y preguntar por las condiciones de seguridad de la estructura o eigir antes de trabajar si hay algún responsable absoluto. En el momento en que se inicia una obra o un tajo, por utilizar una palabra que entiende todo el mundo, son los encargados del Ministerio de Trabajo los que deben ir a exigir condiciones de seguridad laboral", dijo.

"Estas condiciones", añadió, "no deben limitarse a si los obreros llevan botas especiales, cascos o cinturones, sino que hay que hacer previamente un análisis con garantías y tiene que garantizarnos la empresa que la seguridad es raional".

De forma rotunda, el presidente cántabro concluyó diciendo que si se hubiesen llevado a cabo todas esas exigencias, "no se hubiesen producido esas muertes".