Defensa

España recupera su amenaza invisible con el bautizo de fuego del submarino ‘Isaac Peral’

Cartagena
SERVIMEDIA

La Armada española tendrá en julio el nuevo submarino S81 ‘Isaac Peral’ en condición de alta disponibilidad, recuperando con un desarrollo íntegramente español su capacidad de amenaza invisible, clave para la defensa nacional. En mayo, en aguas de Canarias, hundirá un buque ya en desuso en su bautizo de fuego.

Así lo confirmó en el Arsenal de Cartagena Pedro Márquez de la Calleja, comandante de la Flotilla, jefe de la Base y director de la Escuela de Submarinos, que habla con pasión del nuevo S81 ‘Isaac Peral’, con el que España se ha convertido en uno de los diez países capaces de diseñar y construir submarinos.

En un momento en el que el arma submarina ha recuperado la importancia que tuvo durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, la Armada tendrá listo la primera unidad de la clase S80 en julio, un ingenio por el que ya suspiran muchos países que optan a contar con submarinos convencionales (no nucleares) de última generación, y el español se presenta como el mejor de su categoría.

Tras siete ejercicios de lanzamiento de torpedos de prueba, en mayo llegará un hito clave, ya que, en aguas de Canarias, en una zona convenientemente acotada, el ‘Isaac Peral’ lanzará un torpedo real para hundir hasta el fondo un buque ya fuera de servicio.

Un bautizo de fuego que confirmará el éxito de la arriesgada apuesta que hicieron en su día la Armada y el Ministerio de Defensa, dejando la cooperación con Francia en la construcción de sumergibles para pasar a crear desde cero un proyecto que convierte a España en dueño de una tecnología futurista con la que defender sus intereses.

“El valor añadido de un submarino es que nadie sabe dónde está”, recuerda el comandante Márquez, que señala la importancia de esta amenaza invisible para cualquier país, mucho más para uno con tantos kilómetros de costa.

Este 17 de febrero el Arma Submarina española cumple 110 años y lo hará viendo por fin la luz, con solamente un submarino de la clase S70 y la nueva joya de la Armada, el ‘Isaac Peral’, que inicia una saga de sumergibles en un panorama geoestratégico convulso, y cuando se calcula que en 2030 habrá en el mundo 600 de estos ingenios bajos las aguas de todo el globo.

Una vez que el ‘Isaac Peral’ está preparado para el combate, el calendario prevé que en septiembre de 2026 se tenga el S82 'Narciso Monturiol', que en diciembre de 2028 esté listo el S83 'Cosme García' , y que para enero de 2030 se sume el S84 'Mateo García de los Reyes'.

El S83 será el primero que reciba la Armada ya con propulsión anaeróbica a través del sistema AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), que otorga hasta tres semanas de autonomía sin tener que subir a profundidad de periscopio, cuando un submarino es más vulnerable.

GENTE ESPECIAL

El comandante Márquez aclara que, si el submarino es un hito en la historia de la industria de defensa española, con un papel destacado para siempre de Navantia, lo más importante del Arma Submarina son las dotaciones, hombre y mujeres de un carácter tan especial como el trabajo y las misiones que desarrollan.

La dotación del ‘Isaac Peral’ son 43 personas, de las que seis son mujeres, y puede albergar hasta 55 tripulantes, incluyendo un equipo de operaciones especiales. Dentro del submarino de 80,81 metros de eslora, que desplaza en inmersión 2.965 toneladas, no hay lugar para la intimidad ni para las distracciones.

Para estar bajo el agua durante 30 o 40 días sin contacto con el mundo exterior, sin WhatsApp ni wifi ni nada parecido hay que tener una preparación y disposición única. “Te metes en el tubo y no sabes nada 25 días”.

Solamente cuentan con una vía de comunicación cifrada para alertar de situaciones de gravedad, ya sea dentro del sumergible como de las familias de los miembros de la dotación. Es una vida dura, por ello una de las tareas claves de los mandos es crear un ambiente de familia, estar cerca de los suyos, retener el talento.

La Escuela de Submarinos es clave para la continuidad de esta herramienta fundamental para la seguridad nacional. En ella se forman los oficiales, suboficiales, cabos primeros, cabos y marineros. También se imparten cuarenta cursos monográficos para atender los diferentes cometidos que se precisan.

Para ello cuenta con modernas instalaciones con simuladores de propulsión de los submarinos de la serie 70 (Simpra); de manejo de plataforma de los submarinos de la serie 70 (Sisma); táctico de los submarinos de la serie 70 (SATS); plataforma de los submarinos serie 80 (Simpla); táctico de los submarinos serie 80 (Simtac); vías de agua (Sifas); aula especial de escucha para Hidrofonistas; tanque para ejercicios de escape libre; o aula de osmosis inversa, entre otras.

TECNOLOGÍA SECRETA

Bajo un sol brillante, el ‘Isaac Peral’ impone. Su vela con mástiles de todo tipo rodeando el periscopio brilla con la luz. El comandante del submarino, capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo explica que, de los más de 80 metros de eslora, 70 metros son el casco resistente, y cuenta con cuatro tanques de lastre, dos a popa y dos a proa, que son la clave para el manejo del ingenio, al que una vez a la profundidad deseada se le aplica “el ajuste fino” para que no esté “ni pesado, ni ligero, ni inclinado ni escorado”, detalla Corral.

Los timones de buceo que destacan en la vela y los de la popa son claves para la gran maniobrabilidad del S81, que se estructura en cinco secciones: La primera es la del motor eléctrico, la segunda la de los tres motores diésel, la tercera albergará en su momento el sistema AIP, la cuarta es la de mando y control (situada bajo la vela), y la quinta es la de habitabilidad, debajo de la que se encuentra la sala de torpedos.

Hay siete camarotes de 6 plazas, uno de tres y el del comandante, el único que cuenta con su espacio de intimidad. Tres retretes y dos duchas son con lo que cuentan para su higiene junto a los lavabos los miembros de la tripulación, lo que subraya que el compañerismo y la profesionalidad son imprescindibles.

Muchas zonas del submarino no pueden ser captadas en fotografías y vídeos, por razones de obligado secreto en un buque de guerra, y una de ellas es la sala de torpedos. Dotada de sistemas automáticos para la estiba de las armas, cuenta con seis tubos lanzatorpedos, a los que han bautizado con el nombre de los primeros que lograron ponerla en marcha.

Para alimentar a ‘Pablo’, Jorge’, Paula’, ‘Rubén’, ‘Javi’ y ‘Jero’, como se llaman los tubos el S81 tiene la capacidad de llevar 12 torpedos o misiles de ataque a tierra y 24 minas. El automatismo es casi total, con un sistema de combate que es una versión para submarinos del ‘Scomba’ de Navantia.

Se trata de un CMS (Combat Management System) que unifica los datos de los diversos elementos sensorización para ayudar a la detección, selección y alcance de los objetivos.

El ‘sancta sanctórum’ es la sala de Mando y Control en la que siempre hay 11 tripulantes, y en la que se trabaja en tres turnos en rotación, con períodos más cortos por la noche. Ubicada bajo la vela allí se encuentra el periscopio que siempre se recuerda de las películas de Hollywood. En el caso del periscopio del S81, es el único elemento que atraviesa el casco resistente, que sube y baja con un sistema hidráulico, y cuenta con unas capacidades de visión nocturna, infrarrojos y vídeo nunca antes empleados.

La nueva joya de la Armada dispone también de un ‘Cofferdam’, un sistema de dos puertas estancas que permitiría a la tripulación aislarse a la espera de rescate en caso de un fallo crítico, o salir en el caso de estar a una profundidad que lo permita.

Dentro de ese espacio se encuentra la exclusa por la que también podrán salir los integrantes de operaciones especiales para realizar misiones que requieren un carácter furtivo.

(SERVIMEDIA)
15 Feb 2025
MGN/clc/pai