Según los datos barajados por el CAD en este primer examen, España dedicó en 1992 unos 155.000 millones de pesetas a la Ayuda Oficial al Desarrollo, lo que supuso el 0,27 por ciento de nuestra riqueza nacional.

Recientemente, la Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo presentó ante el Congreso de los Diputados más de medi millón de firmas de personas que reclaman que España incremente su ayuda al Tercer Mundo hasta alcanzar el 0,7 por ciento del PIB que recomienda Naciones Unidas.

Este organismo ha expresado su preocupación por el hecho de que el incremento de las ayudas al exterior sea consecuencia del aumento de los créditos oficiales a la exportación, con cargo a los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD).

James H. Michel, presidente del CAD, destacó los progresos realizados por el Gobierno y el Parlamento españoes desde 1985, tanto por la cantidad como por la calidad de la ayuda. Sin embargo, aunque las condiciones financieras aplicadas por España han mejorado en estos años, todavía no asumen plenamente las recomendaciones de este organismo respecto a la concesionalidad.

Según el estudio, "los FAD favorecen las exportaciones españolas y una gran cantidad de esos créditos no se adecúan realmente a la política de ayuda, tal y como está enunciada en las líneas directrices de la cooperación para el desarrollo esablecidas por España, en particular en lo que concierne a las prioridades geográficas y sectoriales".