El uso de estas sustancias está prohibido en la mayoría de los países, entre elos España, y únicamente pueden encontrarse en el mercado clandestino. Se consumen crudos, cocinados, en bebida o desecados para su posterior utilización.

Los principios activos que componen los hongos con capacidad alucinógena son derivados de la triptamina. Los más importantes son la psilocina y la psilocibina. A partir de 5 mg. de psilocibina comienzan a percibirse los efectos y, a partir de 50 mg. puede existir un grave riesgo para la salud.

Los farmacéuticos explican que sus efectos comienzana percibirse entre los 15 a 30 minutos de su consumo y se mantienen durante 2 a 5 horas. En este periodo se produce un incremento de la temperatura corporal y de la sudoración, un enrojecimiento de la piel, alteraciones visuales y auditivas, dilatación de la pupila, descoordinación muscular, náuseas o vómitos e hilaridad fácil.

Los consumidores, que persiguen sus efectos psicoactivos, describen distorsiones de la forma y tamaño de los objetos, despersonalización o sensación de separación de una parte el cuerpo y alteraciones afectivas (terror, hilaridad o ansiedad). Cuando los efectos son excesivamente desagradables, se habla de "mal viaje .

INTOXICACIONES

Advierten que al consumir los hongos naturales no puede conocerse la cantidad exacta de estas sustancias y puede producirse una intoxicación, que se caracteriza por delirio, ataques de pánico, ansiedad extrema, paranoia y puede llegar a alucinaciones terroríficas, arritmias y convulsiones.

En algunas ocasiones, se puede generar un cuadro onocido como "flashback", en el que se producen los efectos de estas sustancias, pero en ausencia de las mismas e incluso años después de su consumo. También pueden aparecer estados depresivos a los pocos días del consumo de estos alucinógenos, aunque no se habla de síndrome de abstinencia como tal.

El conocimiento de los hongos alucinógenos se remonta a los indígenas de Sudamérica (sobre todo Méjico), pero también a culturas de otros muchos lugares como Argelia, India y a la Europa medieval. El inters por estos hongos respondía únicamente a inquietudes religiosas, culturales o curativas.

El empleo de estos vegetales resurgió en 1957 con la publicación de un artículo titulado "En busca del hongo mágico por R. Gordon Wasson en la revista "Life", y con el cultivo en el laboratorio de Psilocybe mexicana realizado por el micólogo francés Roger Hiem.