Estos datos están contenido en el informe de Unicef "El Progreso de las Naciones", dirigido por Peter Adamson y relativo a 1993, que hoy fue presentado en España por Joaquín Ruiz-Jiménez, presidente en nuestro país del comité de esta organización dedicada a la infancia.

El informe, además de recoger diversos indicadores sobre el bienestar social de la población mundial, señala que en los países industrializados los nios padecen una creciente carencia de atención de sus progenitores -"hambruna de atención parental" lo denomina-, ya que muchos están divorciados, trabajan fuera del hogar o son familias monoparentales.

"El Progreso de las Naciones" se elabora anualmente para analizar la evolución en la promoción y bienestar social de los niños en el mundo, después de que 149 países se comprometieran en la Cumbre Mundial de la Infancia celebrada en 1990 a alcanzar una serie de metas para el año 2000.

FALTA VOLUNTAD PLITICA

Peter Adamson considera que en los últimos años no ha habido un esfuerzo real por mejorar las condiciones de vida de muchas personas. Existen los medios técnicos para conseguirlo, señala, pero falta voluntad política, "eslabón necesario de la cadena que ha fallado con demasiada frecuencia".

En este sentido, afirma que sólo alrededor del 10 por ciento de toda la ayuda internacional para el desarrollo se ha destinado a cubrir las necesidades básicas (nutrición, salud, educación y planificacin familiar) de una población estimada en 1.000 millones de personas.

Agrega que el resto de la ayuda internacional los países pobres se la han gastado en pagar sus facturas militares y su deuda externa, lo que significa, por ejemplo, que la ayuda total concedida para satisfacer las necesidades básicas es inferior al gasto anual de la población del mundo industrializado en calzado deportivo.

PROGRESOS

Sin embargo, señala Adamson, no se puede negar el progreso conseguido durante estos últimos 40 ños: los ingresos reales medios se han duplicado, las tasas de mortalidad infantil se han reducido a menos de la mitad y las tasas de desnutrición en un 30 por ciento, la esperanza de vida se ha ampliado en un 33 por ciento, se ha extendido la educación primaria y las familias rurales con acceso a agua potable han pasado de un 10 a un 60 por ciento y la proporción de parejas que utiliza métodos anticonceptivos ha pasado de ser casi nula hace 40 años a un 50 por ciento.

Respecto a los indicadores que pesenta el informe relativos a 1993, revela que la tasa de mortalidad infantil más alta del mundo se registra en los países del Africa Subsahariana, con una media de 183 niños que mueren por cada 1.000 nacimientos.

España tiene hoy una tasa de mortalidad infantil de 9 niños muertos por cada 1.000 nacimientos, inferior a la media de los países industrializados, situada en 11. Esta posición que goza hoy nuestro país no se alcanzó hasta la década de los años 60.

Por otro lado, Asia Meridional registr el problema más grave de desnutrición, ya que un 60 por ciento de sus niños la padecen. Además, el 80 por ciento de los niños desnutridos del mundo se concentran en este continente, concretamente en diez países.

En 1990 también se ha alcanzado el 80 por ciento de cobertura de inmunización. Las campañas de vacunación emprendidas permiten salvar aproximadamente tres millones de vidas infantiles cada año, además de protegerlos contras otras enfermedades y discapacidades.

Respecto a la educación, elinforme indica que unos 100 millones de niños de 6 a 11 años no están escolarizados. En el mundo en desarrollado, el 90 por ciento de éstos comienzan a asistir a la escuela pero la mitad abandonan antes de completar cuatro años de enseñanza.

El informe defiende también las necesidad de potenciar la planificación familiar, para reducir las tasas de mortalidad materna y de abortos, evitar más de un 20 por ciento de las muertes infantiles y mejorar el estado de salud y nutrición de niños mujeres.

Joquín Ruíz-Jiménez señaló que Unicef "no apoyará nunca políticas abortivas, pero sí de prevención de ritmo y crecimiento de la población".