ESCENAS DE DOLOR Y RABIA CONTENIDA EN EL FUNERAL POR LOS MILITARES ASESINADOS POR ETA

MADRID
SERVIMEDIA

Las escenas de dolor y de rabia contenida marcaron hoy la la celebración del funeral por el teniente general Franciso Veguillas Elice, de 69 años, y por su chófer, Joaquín Martín Moya, de 24, quienes ayer fueron asesinados por la banda terrorista ETA al hacer explosión un coche-bomba en la plaza de Raales de Madrid, a poca distancia del palacio de Oriente.

Al acto, que tuvo lugar en el Patio de Armas del Cuartel General del Ejército, asistieron los ministros de Defensa, Julián García Vargas; de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch; de Asuntos Exteriores, Javier Solana, y de Educación, Gustavo Suárez Pertierra.

También estuvieron presentes el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina; el alcalde de la capital, José María Alvarez del Manzano; el delegado del Gobierno en Madrid,Arsenio Lope Huerta; el fiscal general del Estado, Carlos Granados; el director general de la Guardia Civil, Ferrán Cardenal; el director del CESID, Emilio Alonso Manglano, así como otras autoridades civiles y militares.

El funeral comenzó a las nueve y media de la mañana con la entrada al patio de armas de los féretros, que iban a hombros de soldados pertenecientes a la Agrupación del Cuartel General del Estado. Los ataúdes, envueltos con sendas banderas nacionales, fueron colocados a escasos metros el altar donde fue oficiada la misa.

En su homilía, el vicario general del Arzobispado Castrense, Clemente Martín Muñoz, destacó que el "doloroso acto" de hoy tenía un doble significado: por una parte, el "homenaje que España y sus Fuerzas Armadas quieren rendir a quienes les ha sido arrebatada la vida por ser español y militar y, de otro lado, que la Eucristía es la expresión máxima de la fe cristiana, en la que el general Veguillas y Joaquín Martín fueron bautizados y profesaban".

"Con serenida recibir este golpe", continuó el celebrante, "no es manifestación de una resignación fatalista, es, sobre todo, expresión de dominio disciplinado que sobre sus emociones más entrañables ejercen los miembros de las Fuerzas Armadas, a fin de que estas mismas reacciones, tanto individuales como colectivas, se conviertan en un servicio más que se presta para la construcción de esta sociedad y de la nación española".

SERENIDAD Y FORTALEZA

El vicario general pidió serenidad y fortaleza a los asistentes yles animó a que cada uno cumpla "hondamente" con sus responsabilidades de la defensa del orden, de la justicia y la convivencia en la paz.

Durante la celebración, los familiares de las víctimas del atentado rompieron a llorar en numerosos momentos de la ceremonia, produciéndose escenas de dolor y dramatismo.

Posteriormente, comenzó el acto de homenaje a los caídos y dos soldados depositaron una corona de laurel junto al altar, al tiempo que sonaba un himno fúnebre. A continuación, hubo una descara de fusilería en honor de los fallecidos.

Poco después, el ministro de Defensa colocó sobre el féretro del general Veguillas la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco y sobre el del soldado Joaquín Martín la Cruz del Mérito Militar, condecoraciones que luego fueron entregadas a sus familiares.

El acto concluyó con la retirada de los féretros del patio de armas y con los testimonios de pésame que las autoridades ofrecieron a la viuda del general, Amalia Alteuburg, y a la de su chófer,Ana Herrera Pérez, así como al resto de sus familiares.

Los restos mortales del general fueron trasladados a la localidad madrileña de Alcalá de Henares, donde recibirán sepultura. El cadáver del soldado Joaquín Martín será inhumado en el cementerio de La Almudena.

(SERVIMEDIA)
30 Jul 1994
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