El primer día de aplicación del mecanismo ibérico, explicaron, el precio medio de casación del mercado mayorista de la electricidad se ha reducido un 23%, desde los 214 euros el MWh del martes a los 165 euros del miércoles, en un contexto de precios eléctricos al alza en la UE: en Francia se han registrado 233 euros el MWh, en Alemania 212 y en Italia 250.

Con la aplicación del tope al gas las eléctricas son compensadas por la diferencia entre ese límite y el precio final al que les cuesta producir el gas. Por ello, si utilizan más esta tecnología, es mucho más alta la conversación que obtienen. Para el resto de producción, se les aplica el precio de la subasta.

En ausencia del mecanismo, cuya correcta aplicación está supervisando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los precios en España habrían subido hasta el entorno de los 240 euros el MWh, lo que pone de manifiesto su eficacia para reducir el precio de la electricidad, limitar los beneficios extraordinarios de las empresas eléctricas y funcionar como un “cortafuegos” ante los elevados precios del gas, aseguraron desde el Ministerio.

Otra cuestión, precisan, es el coste del ajuste a las centrales de gas, que se repercute sobre los hogares y las empresas que se benefician del mecanismo. Así, reconocen que "la ola de calor ha elevado la demanda casi 80 GWh, hay poca producción eólica (ha caído a 78 GWh) y las plantas de gas alcanzarán mañana su máxima producción en el último año, 373 GWh". Como resultado de estas "circunstancias excepcionales", el coste del ajuste ha ascendido a 59 euros el MWh, lo que eleva el precio total a 225 euros el MWh, aún por debajo del que habría sin el mecanismo, del orden de 240.

El resultado es, por lo tanto, "claramente favorable para los consumidores y garantiza su protección frente a los elevados precios de la energía durante los próximos meses, sobre todo en invierno".