Los quince niños, afectados por la explosión de la central nuclear de la ciudad ucraniana, estarán acompañados por un monitor y un traductor.

De los quince jóvenes llegados a Cataluña, trece e quedaron en Camp de Vánol, municipio de la comarca del Ripollés, mientras que los otros dos viajaron hasta los hogares de dos familias de la Cellera de Ter, población que ya ha acogido en anteriores ocasiones niños afectados de Chernobyl.

Las visitas al paraje natural de las comarcas gerundenses que los acogen, junto a la realización de actividades de recreo programadas por las propias familias, configurarán la forma de vida de los niños ucranianos en Cataluña, donde se espera la llegada de ocho niñs más para la semana que viene procedentes de la misma zona.