DON JUAN DE BORBON.- TURISTAS Y CURIOSOS SE AGOLPARON FRENTE AL PALACIO REAL, QUE HOY COBRO UN ASPECTO INUSUAL

MADRID
SERVIMEDIA

El deseo de numerosos madrileños de acudir al PalacioReal para dar su último adiós a don Juan de Borbón hizo que los alrededores del edificio y de la plaza de Oriente cobrasen un aspecto inusual, en un día soleado que animó a vecinos y turistas a participar en una jornada que pasará a la historia.

El día fue aprovechado también por turistas y ciudadanos en general, que aprovecharon la ocasión para hacer uso de sus vídeos y cámaras fotográfícas y captar así unas imágenes que tardarán en repetirse.

En la puerta del palacio que da a la calle Bailén, ls curiosos se afanaban por retratar a los miembros de la Guardia Real que formaban el dispositivo de vigilancia.

Dos guardias con uniforme de gala permanecían en posición de firmes junto a sendas garitas y, a pocos metros de ellos, otros dos compañeros que montaban a caballo conseguían atraer el interés y admiración de los transeúntes.

Corazas bruñidas, cascos con vistosos penachos, sables plateados y hebillas y correajes relucientes por el sol daban al entorno del palacio un atractivo especial. Los que no llevaban el traje de gala, y sí la ropa de faena, eran los tiradores de élite que permanecían apostados en diversos puntos de la azotea del edificio, y que en todo momento escudriñaban con prismáticos los aledaños del palacio.

Varios balcones de la plaza de Oriente y de viviendas próximas a la calle Bailén estaban engalanadas con banderas nacionales con crespones negros.

AVISPADOS

Sin embargo, actos como el de hoy suelen ser aprovechados por gente avispada que, sabedora de la gra afluencia de público que generan, acuden con sus tenderetes para sacar la mayor tajada posible.

Este fue el caso de varios vendedores de flores, que ofrecían sus claveles rojos y amarillos a las personas que iban a visitar la capilla ardiente, al precio de 200 pesetas por tres unidades.

Hasta una esquina de la plaza de Oriente acudió también un vendedor ambulante que rápidamente montó un tenderete con banderas y gorras con los colores de la enseña nacional.

La jornada de hoy también fue espcial para los camareros del bar "El anciano rey de los vinos", situado en la calle Bailén, que hoy tuvieron que emplearse a fondo para atender una clientela más numerosa que otros días.

"Hoy se ha notado que hemos tenido más trabajo, pero es normal porque cosas como ésta no ocurren todos los días", explicó a Servimedia uno de los empleados, que apenas daba abasto para atender a los parroquianos: un corrillo de policías en animada conversación, varios periodistas que esperaban a que el teléfono quedaselibre para mandar una crónica y un grupo de estudiantes.

"De todas formas", continuó el camarero, "cuando esté acabada La Almudena y venga el Papa también tendremos tajo. Estamos en un sitio muy céntrico y eso se nota".

(SERVIMEDIA)
02 Abr 1993
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