El delincuente, un joven con buena apariencia que robaba casi siempre a mujeres de avanzada edad, se presentaba en el domicilio de las víctimas asegurando ser trabajador de una empresa de electricidad, subcontratada de su compañía. Llevaba papeles y documentación con los anagramas de éstas y aprovechaba el momento en el que la víctima acudía a otra estancia de la vivienda a buscar documentos que le solicitaba, para llevar a cabo los hurtos.

Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, al detenido se le imputan, por el momento, siete hurtos en el distrito de Moncloa-Aravaca y otros dos en el de Chamberí. La policía está estudiando todas las denuncias presentadas por robos con este mismo modus operandi para practicar las ruedas de reconocimiento necesarias y comprobar si han sido realizados por el detenido.

Cuando acudía a los domicilios de las víctimas, lo primero que hacía el estafador era mirar el contador y solicitar el último recibo de la luz. Cuando la víctima acudía a otra estancia del domicilio para buscar el documento, el delincuente aprovechaba para buscar el bolso y coger el monedero; y si no lo conseguía a la primera, pedía un vaso de agua a la señora, lo que le aseguraba otro corto espacio de tiempo mientras la mujer iba a la cocina.

Hasta siete veces operó de este modo en el distrito de Moncloa-Aravaca entre el 22 de abril y el 9 de mayo; y otras dos veces en el de Chamberí (el 14 y 17 de mayo). Cuando elegía una calle, operaba en varias viviendas el mismo día, por lo que la policía presume que otras víctimas habrán atribuido la falta de su monedero a pérdida o extravío y no a la visita del joven revisor de la compañía eléctrica.

El pasado lunes, la calle elegida por el delincuente fue la de Benito Gutiérrez. Accedió al inmueble del número 24, donde consiguió entrar en dos viviendas, pero algo levantó las sospechas de un vecino, que le hizo preguntas a las que respondió con incongruencias. Abandonó este portal y se fue al número 26 para volver a actuar, pero ya estaba vigilado por vecinos y porteros.

Según la policía, estos ciudadanos le interceptaron en las mismas escaleras. El sospechoso se puso muy nervioso y dejó caer un monedero de mujer que llevaba entre sus ropas, lo que permitió a uno de los vecinos comprobar que era de una conocida. Cuando el delincuente pretendió huir, los vecinos y porteros cerraron con llave el portal y llamaron a la policía.

Los agentes detuvieron in situ al estafador tras comprobar lo ocurrido y recuperar varios papeles y efectos de sus recientes víctimas. Ya en dependencias policiales, los agentes comprobaron que Gabriel David tiene una detención reciente, por la Guardia Civil de Tres Cantos, por un delito de malos tratos en el ámbito familiar.