Según informó la Policía, estas clínicas vendían los adelgazantes como complementos alimenticios, cuando en realidad se trataba de productos prohibidos como anorexígenos u hormonas. Las clínicas están ubicadas en el País Vasco, aunque la operación continúa abierta y no se descarta su distribución en otras comunidades.

La investigación, desarrollada en su totalidad por agentes de la Policía Nacional, comenzó cuando éstos tuvieron conocimiento de que en varias clínicas del País Vasco se podrían estar distribuyendo, bajo la apariencia de medicamentos, sustancias altamente mórbidas, de cuya ingesta podrían derivarse graves patologías. Las primeras pesquisas apuntaron a tres clínicas ubicadas en las localidades de Baracaldo, Portugalete y Eibar.

Los investigadores constataron que estas tres clínicas eran dirigidas por el mismo profesional, titulado en medicina estética. Asimismo comprobaron que esta persona prescribía a los pacientes complementos alimentarios para tratamientos de adelgazamiento que contenían sustancias prohibidas altamente nocivas para la salud.

Los falsos medicamentos eran facilitados directamente en la clínica y carecían de nomenclatura alguna en su envase o de prospecto informativo. La única información identificativa que presentaban era un número de registro alimentario, diferente al de autorización sanitaria, de unos laboratorios sitos en Bilbao.