Hasta primeras horas de esta noche, sólo habían sido confirmadas las identidades de cinco de las seis víctimas mortales: Petra Díaz Arribas, de 63 años; Alfredo Morera Espinosa, de 46; su hijo Alfredo Morera Sanz, de 12; Irene Toledo García, de 19, y Gervasio José Berciano, cuya edad no fue facilitada.

Los heridos, que según distintas fuentes se elevaban a 12, fueron trasladados al hospital Clínico, al Gregorio Marañón y a la clínica de la Concepción.

E la fachada del cine había sido colocado un andamiaje con el fin de sustituir el cartel de la película que estos días se proyecta en la sala, "Una monja de cuidado", y, por causas todavía desconocidas, poco después de las siete de la tarde los andamios se vinieron abajo.

Al caer sobre la marquesina, hicieron que toda la estructura se derrumbase y atrapase a varias personas que en esos momentos caminaban por la acera, así como a otras que hacían cola para entrar en el cine.

La caída de la marquesia y del andamiaje dejó convertida la calle en un amasijo de hierros y cascotes, que dificultaron las labores de rescate realizadas por los bomberos y el personal sanitario.

Hasta el lugar del suceso se trasladaron el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano; el delegado del Gobierno, Miguel Solans, y el concejal de Seguridad y Policía Municipal, Carlos López Collado.

También estuvieron presentes los concejales de los distritos de Centro, Moncloa y Chamberí, Angel Matanzo, Luis Molina y Mrcedes de la Merced, respectivamente.

RESPONSABILIDADES PENALES

Pero fue el concejal de Urbanismo, José Ignacio Echeverría, quien aportó interesantes detalles sobre el suceso y apuntó la posibilidad de que en el suceso puedan existir responsabilidades de carácter penal.

Echeverría explicó que en la fachada del edificio del cine no se estaba realizando ninguna obra de reforma y que los empleados únicamente trabajaban para sustituir el cartel de la película que se exhibía hasta ahora.

"El drma que aquí ha sucedido", indicó, "no se resuelve con una medida disciplinaria puramente administrativa, porque esto es mucho más grave".

El responsable municipal recordó que, desde el punto de vista reglamentario, todas las operaciones de sustitución de carteles publicitarios, como los de cine, requieren la solicitud de una licencia al Ayuntamiento, extremo que no se ha producido en el caso del cine Bilbao.

"Hasta ahora", continuó Echeverría, "la información que tengo es que ni en Gerencia de Uranismo ni en la Junta de Chamberí hay datos sobre lo que aquí se estaba realizando".