El "profundo descenso" de los niveles éticos, tanto en la vida política, en la sociedad, como en la actividad empresarial, fue el argumento que condensó la intervención de Antonio Garrigues Walker, que participó hoy, en el curso "Cultura y ética empresarial" organizado por la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial.

La interreación de los poderes es para el jurista, uno de los fenómenos más preocupantes del ser humano. "El poder se busca asimismo eliminando a los demás poderes", afirmó Garrigues Walker.

Asistimos así, señaló, a una mayor presencia de la autoridad política y económica en los medios de comunicación social, que lleva a una utilización "vulgar y delictiva" de la información sectorial y privilegiada que disponen los grupos financieros.

Según Garrigues Walker, es un error creer que la desaparición del marximo haya supuesto un triunfo del capitalismo. Muy al contrario, el sistema conservador ha quedado sin un referente opuesto por lo que necesita plantearse una "regeneración mental" para su superviviencia.

La caída general de todas las ideologías lleva al hombre a enfrentarse a una vida sin pautas ni claves, lo que le conduce a "un profundo terror". "El hombre no se atreve a vivir con una libertad ideológica, filosófica y total", afirmó el conferenciante.

"IDEAS MUERTAS"

Ante la falta de alternatias, las personas siguen viviendo y operando guiados por "ideas muertas", a pesar de ser conscientes de ello.

"El opio del consumismo" fue otro de los puntos que señaló Antonio Garrigues como causas de la degeneración de la ética actual, originada por el desarrollo económico. A través de los medios de comunicación social, por ejemplo, nos incitan a que todos consumamos lo mismo.

"Creemos que nuestra capacidad de elección es cada vez mayor cuando, en realidad, lo que ocurre es lo contrario", añadió La seducción y el engaño juegan, en ese sentido, un papel protagonista como guía de la actuación humana.

El conferenciante recalcó en nuestra sociedad el mal se ha convertido en una realidad aceptable, donde no existe ni sentido de culpa ni de rectificación. Sin embargo, la humanidad rechaza los actuales niveles de corrupción porque necesita vivir con "nivel ético aceptado".

El problema del político, declaró Garrigues Walker, radica en que el abandono de su actividad pública le lleva a la nada yse ve obligado a sobrevivir en la política, aunque perjudica al bien general, porque es "muy poco recuperable en la sociedad actual".

Por ello, "aunque todos seamos colectivamente culpables", es la clase dirigente, la clase política, financiera, económica y cultural, la que tiene que actuar como motor para elevar el nivel ético.

Garrigues Walker señaló como manifestaciones más preocupantes el descenso del nivel ético y el aumento progresivo de la vulgaridad en nuestra sociedad.

Los audaces, mbiciosos y personas carentes de criterio ético han sustituido a los intelectuales que se han refugiado en su intimidad. "Hemos descendido el nivel de exigencia, y, por tanto, hemos perdido la grandeza de la creatividad", concluyó.