LA DEGRADACION DEL SUELO PROVOCADA POR LOS INCENDIOS PUEDE LLEGAR A SER IRREVERSIBLE, SEGUN LOS EXPERTOS
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La degradación de un ecosistema tras un incendio puede llegar a ser totalmente irreversible, al quedar el suelo expuesto a los efectos de los agentes erosivos, según afirmó el profesor Roberto Rilope, biólogo del departamento de Edafología de la Universidad de Navarra.
A juicio del experto, "este peligro se agudiza en las zonas montañosas, donde se produce un rápido arrastre de las capas de tierra que se habían formado tras varios siglos de evolución progresiva del humus y del sustrato mineral".
Los departamentos de Botánica, Zoología y Edafología de la Universidad de Navarra están terminando una investigación conjunta sobre el impacto de los incendios forestales en la flora, fauna y lo suelos.
Según datos de este esudio, después de un incendio, el suelo contiene gran cantidad de nutrientes en forma de cenizas, lo que en principio podría favorecer el desarrollo de nuevas plantas y de los árboles que han logrado sobrevivir a las llamas.
En opinión del profesor Ruilope, "este enriquecimiento inicial en bases y sales sólo está disponible durante un corto plazo de tiempo. Como estos elementos no son asimilados inmediatamente, ya que la vegetación es muy escasa, acaban perdiéndose através de la escorrentía superficial y arrastrados por lavado hacia horizontes más profundos del suelo".
Los expertos de la Universidad de Navarra han comprobado que en las zonas más quemadas se observan descensos significativos en el contenido de materia orgánica, nitrógeno y arcilla. Por el contrario, aparece un aumento de cationes como sodio, potasio, calcio y magnesio. Estos elementos son responsales en gran medida del fuerte aumento en el ph, que llega incluso a duplicarse, así como del important incremento de la conductividad eléctrica.
También se ha constatado un crecimiento de la proporción de fracción arena, como consecuencia de una reorganización de las particulas físicas del suelo. El contenido de materia orgánica desciende como consecuencia directa de su combustión por el fuego; se han detectado descensos incluso del 80%, aunque la media si sitúa en el 25%. Estos y otros cambios confieren al suelo una dinámica muy diferente a la que tenía antes del incendio, por lo que la recuperación s mucho más lenta.
Según el profesor Ruilope, si el suelo entra en un proceso de erosión, es muy difícil que el ecosistema pueda regenerarse. Por ello, el especialista asegura que lo más importante después de un incendio es evitar este proceso.
"Un suelo no erosionado puede recuperarse en un plazo de dos o tres años, durante los que vuelve a adquirir sus características propias, los microorganismos que lo habitan, y, en el tercer año, el mantillo o humus que recubre la tierra, procedente de las hjas de las plantas que han vuelto a brotar", concluyó el profesor Ruilope.
(SERVIMEDIA)
18 Ago 1994
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