CUALQUIER RIESGO DESAPARECE COCINANDO A MÁS DE 70 GRADOS, SEGÚN LA AGENCIA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA
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La cocción de carne de ave de corral o huevos a una temperatura igual o superior a 70 grados centígrados en todas las partes del alimento inactiva los virus H5N1, el más patógeno de la gripe aviar, según un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria sobre los efectos del mencionado virus en la inocuidad de los alimentos.
Según el documento, fechado el pasado 28 de febrero, "el consumo de carne de ave de corral debidamente cocinada no entraña ningún riesgo".
Otra conclusión de los estudios científicos es que "ni la refrigeración ni la congelación matan los virus H5N1 presentes en la carne. Resulta peligroso sacrificar y preparar aves enfermas o muertas en el propio domicilio, por lo que hay que atajar esas prácticas".
Los huevos pueden contener virus H5N1 tanto en el exterior (cáscara) como en el interior (clara y yema). No deben consumirse crudos o pasados por agua (yema sin cuajar) los huevos procedentes de zonas donde haya brotes de H5N1 en aves de corral. No hay que utilizar huevos crudos en alimentos que no vayan a ser cocidos, cocinados al horno o tratados con calor de algún otro modo.
No hay pruebas epidemiológicas que apunten a la infección de personas por virus H5N1 tras haber ingerido aves de corral o huevos debidamente cocinados.
EL MAYOR RIESGO
El mayor riesgo de exposición al virus proviene de la manipulación y el sacrificio de aves de corral vivas infectadas. Es fundamental observar las reglas de higiene adecuadas al sacrificar aves y después manipularlas, para evitar toda exposición al virus a través de la carne cruda o por contaminación de otros alimentos, superficies o utensilios a partir de la carne.
Por lo que se sabe hasta ahora, la inmensa mayoría de los afectados se han contagiado por contacto directo con aves infectadas, ya estuvieran vivas o muertas. La exposición podría producirse asimismo al inhalar partículas de polvo contaminadas y posiblemente también por contacto con superficies en las que esté presente el virus.
Las aves de corral infectadas excretan el virus en la saliva y las heces. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sabe que últimamente ha cundido el temor de que el virus también pueda transmitirse al ser humano por contacto con productos de origen avícola contaminados.
Pero hasta la fecha no hay indicios epidemiológicos de que una persona pueda infectarse al consumir alimentos cocinados debidamente (aun cuando el virus estuviera presente en ellos antes de la cocción) o de que los productos provenientes de zonas afectadas hayan constituido la fuente de infecciones humanas.
(SERVIMEDIA)
07 Jul 2006
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