Solana, que cifró la tragedia de Ruanda en 500.000 muertos y 2 millones de desplazados, dijo que "no hay palabras para describir la situación" en Ruanda, para la que no le faltaron calificativos: "apocalíptica", "calamitosa" y "tragedia de dimensiones desconocidas hasta ahora".

El jefe de la diplomacia spañola, que compareció hoy en la Comisión de Exteriores del Congreso, elogió las acciones realizadas por el ejército francés en territorio ruandés, y la denominada operación "Turquesa" de Naciones Unidas para controlar la guerra interétnica entre hutus y tutsis. "Creo que el paso del tiempo ha demostrado que la operación ha servido para que la situación no haya ido a peor", dijo Solana.

Esta interpretación del ministro de Asuntos Exteriores fue compartida por la totalidad de los grupos parlamentariosde la oposición cuyos portavoces, al igual que Solana, se movieron más el campo de la utopía y las buenas intenciones que en el de la actuación concreta.

El ministro explicó la tipología de las aportaciones de la Unión Europea en las últimas semanas, que cifró en unos 172 millones de Ecus, e indicó que es precisamente la UE el primer donante en ayudas de todo tipo.

Asimismo, del total del montante enviado a los campos de refugiados ruandeses, el 8,7 por ciento lo constituyen ayudas enviadas desdeEspaña.

INJERENCIA HUMANITARIA

Sin embargo, Solana tuvo que soportar la crítica de los grupos de la oposición que insistieron en la necesidad de "hacer más" en el campo de la cooperación internacional. Pidieron también que la comunidad internacional regule el derecho del injerencia humanitaria para impedir una reacción "lenta e ineficaz" ante casos como el de Ruanda.

Con el establecimiento de esta nueva normativa internacional se evitaría, según el portavoz de IU, Narcís Vázquez, la impresión d que "Naciones Unidas están al servicio de los intereses geoeconómicos de los países ricos y que interviene o no en función de los beneficios que se puedan obtener".

Las necesidades de los refugiados y la población que ha regresado ya a sus localidades de origen en Ruanda está estimada, según las ONGs que actúan sobre le terreno, en unas 800 toneladas diarias de alimentos. El principal problema es llegar a los campos, según dijo el ministro, ya que 40.000 toneladas de alimentos se encuentran paradas e Bombasa (Zaire) por falta de medios de transporte que garanticen la llegada.

Para evitar que se repitan estos fallos, Solana sugirió la formación de un cuerpo de especialistas internacionales dotados con material específico y con formación técnica adecuada que pueda actuar con rapidez en cualquier punto del mundo. Según reconoció el propio ministro, esta posibilidad se encuentra todavía en el terreno de la utopía.

Según Solana, las prioridades de actuación en Ruanda son la instalación de infraesructura médica suficiente en suelo ruandés, que permita afrontar la epidemia de cólera y disentería; la instalación de almacenes de alimentos y medicinas en varios puntos del país, y el envío urgente de alimentos infantiles para los numerosos huérfanos recogidos por diversas instituciones humanitarias y ONGs.

En el debate de hoy, PP e IU fueron los más beligerantes a la hora de pedir el aumento de los fondos destinados por el Gobierno a cooperación internacional y exigieron la asignación del 0,7% del IB a labores de solidaridad internacional.

Los grupos parlamentarios asistentes a la comisión (PSOE, PP, IU, CiU, y PNV) destacaron como elemento positivo desencadenado por la tragedia de Ruanda el "gran esfuerzo de solidaridad" hecho por la sociedad civil española que ha superado incluso la cantidad destinda por el Gobierno.