Cospedal dedicó buena parte de su intervención al término de la última reunión del curso político del Comité Ejecutivo Nacional del PP a resaltar algunos datos que se desprenden del barómetro, así como a argumentar sus críticas al presunto sesgo del mismo.

Respecto de los primeros, la dirigente popular destacó que, por primera vez desde abril de 2004, el PP supera el 40% en estimación de voto; que es el partido que más fidelidad se ha asegurado de su electorado de 2008 (el 86,8%) y que, por el contrario, una cuarta parte de los votantes socialistas de entonces no lo serían hoy e incluso el 6% apoyaría al PP.

Agregó que éste es "el peor momento de Rodríguez Zapatero", que inició su primera legislatura con "mucha o bastante confianza" del 66,8% de los españoles ("el mayor índice que se recuerda") y ahora genera "poca o ninguna" en el 67,8%. Además, esgrimió que el 91,6% cree que la situación política es regular, mala o muy mala, y que el 95,5% opina otro tanto de la económica.

Estos datos serían aún más favorables al PP, adujo Cospedal, si se tiene en cuenta que el recuerdo de voto de los encuestados en las elecciones de 2008 favorece en 18,6 puntos al PSOE, cuando la diferencia real entre un partido y otro fue sólo de 3,5.

Los resultados que obtuvieron los populares en las últimas elecciones europeas, gallegas y vascas, mejores que los que le pronosticaba el CIS, serían, a juicio de su secretaria general, pruebas adicionales de ese supuesto sesgo "antidemocrático" del barómetro. Para Cospedal, este sesgo "explica otras cuestiones" de la encuesta, como la valoración de Mariano Rajoy y el análisis de la labor de la oposición, "que no se corresponden con lo que piensan los españoles".

En conjunto, la número dos del PP considera que el partido "ha cumplido sus expectativas políticas en este curso" y que los resultados electorales han sido "francamente buenos". Para el próximo mes de octubre anunció una gran convención en la que se abordarán asuntos económicos y sociales.