LA CORRUPCIÓN URBANÍSTICA HACE QUE ESPAÑA BAJE TRES PUESTOS EN EL RÁNKING DE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL
- El 60% de los 180 países analizados suspenden en corrupción
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La corrupción urbanística registrada en los últimos años en España ha hecho descender a este país tres puestos en el Índice de Percepción de la Corrupción 2008 que cada año elabora Transparency International (TI).
Jesús Lizcano, presidente de TI-España, fue el encargado de presentar hoy en Madrid los resultados de este índice, que refleja que en España ha aumentado la percepción de empresarios y analistas sobre el grado de corrupción en el sector público, hasta el punto de que este país ha pasado de la 25 posición en el ránking, registrada en 2007, hasta el puesto 28 que ocupa en 2008.
La puntuación que obtiene España también ha registrado un descenso de dos décimas, desde el 6,7 sobre 10 que obtuvo en 2007 al 6,5 actual.
"La evolución es negativa y se debe fundamentalmente a la corrupción urbanística", aseveró al respecto Lizcano, para quien es previsible que el cambio de ciclo, la crisis económica y el freno a la especulación tengan como consecuencia un cambio en la tendencia.
Para Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, no es tanto que esté aumentando la corrupción sino que está aflorando una corrupción subyacente que cada vez tiene más presencia en la prensa diaria.
"Cada vez se conocen más casos de corrupción, hay más de un centenar de alcaldes imputados, denunciados o investigados, algún juez, miembros de la Guardia Civil. Son casos de corrupción en instituciones clave que hacen aumentar la percepción de la corrupción", explicó.
"Mi opinión", añadió, "es que había una corrupción subyacente que ha aflorado porque hay mayor exigencia con nuevas leyes, como la Ley del Suelo o la Ley de Contratos".
Según dijo, esta mayor exigencia se demuestra en datos como los de la Fiscalía de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio que cada año registra un mayor número de diligencias abiertas, procedimientos judiciales y sentencias condenatorias relacionadas con el ordenamiento urbanístico.
En concreto, en 2006 se abrieron un total de 1.634 diligencias que pasaron a 1.781 en 2007. También aumentaron el número de procedimientos judiciales, de 869 en 2006 a 1.096 en 2007. Por último, en 2006 hubo 141 sentencias condenatorias, frente a 190 en el año 2007.
Sobre la repercusión de la percepción de la corrupción en las inversiones extranjeras, Villora estimó que perder un punto en el índice significa perder un 0,5% del PIB en inversión externa.
En este sentido, reconoció que la corrupción en España está influyendo en que haya una menor inversión extranjera. "Esto es algo grave y por eso la corrupción debe ser un punto importante en la agenda de cualquier Gobierno", remachó.
URGE UN NUEVO CÓDIGO PENAL
Respecto a lo que pueden hacer los gobiernos para frenar la corrupción, Villoria aseveró que "tienen muchas obligaciones y que no han hecho aún todos los deberes". En concreto, reclamó "urgentemente" un nuevo Código Penal que recoja la responsabilidad penal de las empresas y las personas jurídicas y que otorgue más protección a los que denuncian la corrupción. También se necesita, añadió, una nueva ley de acceso a la información.
De los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción 2008, Lizcano recalcó cómo aún se mantiene la relación entre corrupción y pobreza que hace que países como Somalia, Myanmar, Irak y Haití ocupen los cuatro últimos puestos de la lista. También persiste una correlación inversa entre corrupción y libertad de prensa.
Dinamarca, Suecia, Nueva Zelanda y Singapur lideran la clasificación, todos ellos con puntuaciones superiores al 9 sobre 10.
De los 180 países, el 60% suspenden en los niveles de corrupción y casi 80 países tienen una nota de tres puntos o menos. En este año mejoran Albania, Chipre, Georgia, Mauricio, Nigeria, Omán, Qatar, Corea del Sur, Tonga y Turquía, y descienden de forma significativa Bulgaria, Burundi, Maldivas, Noruega y el Reino Unido.
Por último, Antonio Garrigues, patrono vitalicio de la Fundación Ortega y Gasset tomó la palabra para reflexionar sobre la percepción de la corrupción y el desánimo que cunde cuando se observa un empeoramiento.
"No estamos avanzando en materia de corrupción", se lamentó. Por ello, aseguró que "ha llegado el momento de abrir un proceso de regeneración ética" y de afrontar la situación con decisión. "La corrupción es nefasta para el crecimiento económico y se puede atacar", concluyó.
(SERVIMEDIA)
23 Sep 2008
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