El prelado señala, en una entrevista que publica el último número de la revista "Vida Nueva", que "ha habido una reacción de ataque visceral, en la que parece que todo vale con ta de cargarse, no ya una determinada emisión, sino a la Cope entera, y desestabilizarla".

El ex secretario general de la Conferencia Episcopal asegura que el ataque contra la Cope fue "tan masivo" que la cadena se podía haber desestabilizado, si los obispos no hubieran reaccionado "bien y a tiempo".

El obispo considera que estos ataques intentaban debilitar a la cadena por razones políticas y empresariales, y cita entre estos intereses la competencia entre sociedades por adquirir nuevas concesione de emisoras.

CONFRONTACION

Sánchez también muestra su preocupación por las diferencias que ha creado en el seno de la propia Iglesia la polémica surgida en torno a la Cope. "Ese aspecto es el más grave para nosotros. La Iglesia en Cataluña ha tomado partido en esta confrontación", dice.

El titular de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara niega que algunos obispos sean anticatalanes y explica que en esta polémica sólo se arrepiente de haber contestado públicamente al cardenal y arzobispo de Barceona, Ricard María Carles, tras criticar éste en la cadena Ser algunos contenidos de la Cope.

"Se acusa a la Cope de estar contra Cataluña y de ahí se deriva automáticamente que los obispos que tenemos una responsabilidad en la Cope, que hemos querido salvarla y creo la hemos salvado de ser destruida, que a eso se iba. Se nos califica de anticatalanes, cosa que no es verdad, y menos anti-Iglesia en Cataluña", relata el prelado.

Sánchez insiste en la entrevista en que la Cope no es un negocio, ya qe la Conferencia Episcopal concibe su presencia en la cadena de emisoras como una plataforma para hacer llegar su palabra.