El vuelo de demostración, que tendrá lugar en Houston, no llevará viajeros y estará propulsado por una mezcal especial de combustible que incluye derivados de algas y jatrofa, según la compañía.

Continental Airlines asegura que este nuevo material corresponde a una segunda generación de combustibles que no impactan en las cosechas de alimentos o recursos hídricos y no contribuyen a la deforestación.

En este proyecto ha colaborado Boeing: CFM International, una alianza al 50 por ciento entre General Electric y Snecma; la empresa de desarrollo tecnológico UOP, una compañía de Honeywell, y la petrolera Sapphire Energy y Terrasol.

El plan de vuelo de prueba requiere que el motor derecho del Boeing 737, con la mezcla especial de biocombustibles, incluya aceleradores y desaceleradores de potencia.

Así, durante el vuelo los motores se apagan y reinician y se realizarán maniobras que incluyan procedimientos normales y anormales, de forma que se puedan registrar parámetros y con el fin de poder hacer un análisis del motor después del vuelo.

De esta manera se espera obtener unas conclusiones que muestren que la mezcla de biocombustibles es fácilmente sustituible por combustible habitual sin ninguna degradación en el rendimiento o seguridad y con una reducción global en las emisiones de carbono.