"Desde hace algún tiempo, los expertos estamos preocupados por la disminución del consumo de este grupode alimentos, no sólo por lo que aporta a la dieta, sino porque contribuyen a mentener el llamado perfil calórico de la misma, es decir, el portentaje de aporte de nutrientes", añadió el profesor Varela.

La proporción de proteínas en las leguminosas (un 30 por ciento aproximadamente de su valor calórico total) es superior a la de la carne, que tiene entre un 18 a un 20 por ciento, según manifestó el profesor Francisco Grande Covian, catedrático emérito de Bioquímica de la Universidad de Zaragoza.

El consumo de legunbres junto al de aciete de oliva, frutas verduras y pescado componen la llamada "dieta mediterránea", que ofrece "grandes valores de prevención, no sólo de las enfermedades cardiovasculares, sino de otras patologías en las que se pueda incluir posiblemente algunos tipos de cáncer", indicó el profesor Varela.

Para el catedrático de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela, Rafael Tojo, aumentar la presencia de estos productos en la dieta de los niños "tendría un efecto bneficioso, pues su aporte en grasas es prácticamente inapreciable".

El alto contenido en fibras, 15-25 gramos por cada 100 gramos de legumbres, tiene efectos favorables sobre el intestino, la flora bacterniana intestinal y el volumen de heces, además de una acción positiva sobre el metabolismo del colesterol, la estabilidad de la glucemia o la presión sanguínea.

Los tres expertos aconsejan una amplia campaña para mejorar la imagen de las legumbres, una incorporación de los gustos modernos a la prparación de estos alimentos y una mejor selección de los productos.