Según explicó a Servimedia Gorka Ruiz, esta "educación afectivo-sexual integral" debe darse en tres niveles inseparables: primario, a través de la educación sexual a los jóvenes; secundario, mediante programas específicos dirigidos a los sectores de riesgo, y, por último, cuando el embarazo ya se ha producido, haciendo posible que la mujer pueda acceder libremente a la interrupción del embarazo.

"Estos datos ponen de manifiesto que el sistema educativo está fallando", añadió el responsable del Consejo de la Juventud. A su juicio el problema "no es tanto de falta de información como de información mal orientada".

Ruiz se refirió a una "carencia de formación y capacitación", que hace que ni hombres ni mujeres hayan asimilado en su vida diaria los conceptos que "necesitan saber para prevenir embarazos no deseados y también para evitar infecciones de transmisión sexual".