LA COLABORACION DE NATURALISTAS Y VECINOS CONSIGUE FORMAR UNA COLONIA DE 500 BUITRES EN EL CAÑON DEL RIO RIAZA
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La estrecha colaboración entre naturalistas y vecinos de un pueblo de Segovia, Montejo de la Vega de la Serrezuela, ha conseguido convertir el cañón del río Riaza en el hábitat de una colonia integrada por unos 500 buitres leonados, según los últimos censos realizados por técnicos de Adea /WWF.
Pero no sólo los buitres comunes o leonados, sino también los alimoches y otras especies de aves que anidan en las paredes excavadas por el río Riaza, han incrementado su tradicional presencia en la zona en los últimos años.
Montejo de la Vega, con 240 habitantes, vive, como el resto de los pueblos vecinos, de una cabaña de varios miles de ovejas, que pastan junto a campos de cebada, trigo y centeno.
El paisaje típico castellano, con encinares, parameras y sabinas, es atravesado por l río Riaza, que ha formado un cañón vestido con chopos, álamos blancos y sauces.
Las cuevas y hoquedades de los cortados del cañón albergan más de 500 ejemplares de buitre leonado, cuyo sustento son los cadáveres de animales, antes generados por la transhumancia y siempre por la abundante ganadería de la zona.
Junto a los buitres, abundan los alimoches, halcones, cernícalos, búhos reales, lechuzas y mochuelos. Incluso se han identificado dos parejas de águila real. Asimismo, entre los mamíferos alvajes se cuentan zorros, garduñas y comadrejas, según fuentes de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza/Fondo Mundial para la Naturaleza (Adena/WWF).
Tal variedad de avifauna ha llegado a nuestros días principalmente gracias a la actividad llevada a cabo por Adena/WWF desde que, en 1974, 2.100 hectáreas de las hoces del Riaza fueron declaradas refugio de caza a instancias de su entonces vicepresidente, Félix Rodríguez de la Fuente.
Pero tampoco son ajenos al enorme desarrollo ornitológio del cañón los pobladores de Montejo de la Vega, Valdevacas y Maderuelo, que han colaborado en todo momento con autoridades, científicos y visitantes.
Inicialmente, Adena/WWF construyó un comedero de rapaces y contrató una guardería.
ACAMPADA CONTROLADA
Hace dos años, la asociación conservacionista suprimió los campamentos permanentes de Peña Portillo y controló la acampada, que comenzaba a masificarse.
El resultado es que en 16 años sólo una especie, el aguila perdicera, ha desaparecido omo reproductor, siguiendo una pauta común al centro de la península. En cambio, han aparecido nidos de nuevas especies, como el águila real, y la población del buitre común se ha duplicado.
Fruto del esfuerzo y entendimiento entre autoridades, Adena/WWF y vecinos de Montejo de la Vega, los numerosos visitantes atraídos por la proximidad de Aranda de Duero (que sólo está a 15 kilómetros), o por el hecho de constituir un enclave tan señalado de fauna protegida, están siendo debidamente encauzados para o perjudicar la pacífica existencia de los carroñeros y demás especies animales.
En 1989, cinco jóvenes del pueblo crearon una cooperativa de Turismo Rural. Con un poco de apoyo por parte de Adena/WWF, habilitaron dos casas rurales, donde pueden pernoctar y comer los viajeros, crearon un sencillo Museo Etnológico, un campamento Pueblo Escuela para los meses de verano, y han programado un abanico de actividades relacionadas con el turismo rural y la educación ambiental.
Las hoces del río Riaza cuetan, además de con el refugio de caza gestionado por Adena/WWF, con otro aguas arriba del río, el de Linares del Arroyo, de 315 hectáreas, situado en terrenos propiedad de la Confederación Hidrográfica del Duero.
(SERVIMEDIA)
15 Jun 1991
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