"Es curioso que a los presos se les trate mejor que al resto de ciudadanos", declaró a Servimedia Garrido, quien pidió al Gobierno que aplique la misma flexibilidad que existirá en las instituciones penitenciarias a las empresas, donde la ley anti- tabaco establece que no podrán habilitarse salas para fumadores y que, por lo tanto, quedará prohibido el consumo de tabaco.

La circular que recoge las reglas que deberán aplicar las prisiones para el cumplimiento de las medidas contra el tabaquismo señala que, además de en los patios y en las zonas comunes de las cárceles, los presos podrán fumar también en las salas de contacto con sus familias y en las que se permiten encuentros "vis a vis" para mantener relaciones sexuales si así lo desean internos y visitantes.

Esa circular de la Dirección de Instituciones Penitenciarias, remitida con fecha del 29 de diciembre a las prisiones y a la que tuvo acceso Servimedia, señala que la dirección de cada cárcel "procurará garantizar que los internos no fumadores dispongan de celdas libres de humo".

Los presos de nuevo ingreso tendrán la posibilidad de declarar su condición de fumadores o no fumadores antes de asignarles la ¨pertinente celda", circunstancia de la que quedará constancia por escrito, firmada por el propio interno. Asimismo, "si un interno cambia su condición de fumador a no fumador o viceversa, podrá comunicarlo oficialmente para los efectos oportunos".

Las restricciones impuestas no obstan para que Instituciones Penitenciarias siga permitiendo la venta de cajetillas de tabaco en los economatos de las prisiones.

La circular indica que se facilitará a los presos y los funcionarios de prisiones "los instrumentos precisos para que presenten las oportunas quejas o denuncias ante los superiores jerárquicos inmediatos o los directores de los centros".