Los científicos exigieron con esa acción una asignatura transversal en todos los grados sobre crisis climática y ecosocial, según Rebelión Científica (Scientist Rebellion), que convoca esta semana movilizaciones en más de 25 países.

Antes de esa acción, varios científicos defendieron la desobediencia civil no violenta en una rueda de prensa en Madrid ante los “alarmantes resultados” del informe del IPCC.

“He participado en la elaboración de varios informes del IPCC a lo largo de estos años y tengo la necesidad de pasar a la acción. Estoy cansada de estar repitiendo durante 12 años prácticamente lo mismo. Es necesario dar un giro al sistema socioeconómico”, apuntó Marta Rivera Ferre, del CSIC y una de las autoras del informe del IPCC.

Fernando Valladares, del CSIC, apuntó al respecto: “Los movimientos sociales se nutren de los datos e informes que hacemos los científicos y debemos mostrarles nuestro apoyo e incluso, como ahora, dar la cara por y con ellos”.

Elena González Egea, astrofísica de Rebelión Científica, señaló que la comunidad científica lleva “décadas avisando de la magnitud del problema” de la crisis climática. “Por ello, y para que se nos escuche y se actúe en consecuencia, nos vemos obligadas a emplear la resistencia civil no violenta”, añadió.

Estos científicos y otros firmaron un manifiesto titulado ‘La ciencia se rebela’ para dirigir su voz a los responsables políticos y a toda la ciudadanía y con el que comenzó la semana de acciones con huelgas académicas y divulgaciones científicas coordinadas por el movimiento Rebelión Científica.