LOS CIENTIFICOS ESPAÑOLES DEL PROGRAMA ANTARTICO, SATISFECHOS DE LOS RESULTADOS, A PESAR DEL CLIMA

MADRID
SERVIMEDIA

Los miembros de la expedición científica del Programa Español de Invstigación Antártica (PEIA) afirmaron hoy en Madrid que la campaña que acaba de concluir ha sido la más dura climatológicamente de las cuatro realizadas hasta ahora, aunque se mostraron satisfechos por los resultados obtenidos.

Ayer llegaron a Madrid los últimos integrantes de la campaña, que comenzó a mediados del pasado mes de noviembre y en la que han participado 54 científicos pertenecientes a tres universidades, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), al Instituto Español de Ocenografía (IEO), al Instituto Geográfico Nacional (IGN) y al Instituto Meteorológico Nacional (IMN).

La expedición, que ha trabajado durante los cuatro meses en la base "Juan Carlos I" -situada en la isla Livingston-, en las islas Decepción y Robert, en el macizo continental de Vinson y en el buque "Las Palmas", contaba para esta campaña con un presupuesto de 120 millones de pesetas.

En ese tiempo han desarrollado un total de catorce proyectos de investigación de meteorología, geofísica, ecología,sismología y biología vegetal, que ampliarán los conocimientos de la comunidad científica internacional con nuevos datos sobre contaminación, ozono, geomorfología y radiactividad, señaló Alfredo Arche, responsable científico de la expedición.

La base "Juan Carlos I" se encuentra completamente sola en la isla Livingston, según explicó Josefina Castellví, su máxima responsable, y esta circunstancia motiva serias dificultades de comunicación, que este año se solventaron con la instalación de una emisora e radio de VHF.

Los otros dos graves problemas con los que ha luchado la misión española fueron los vientos del Este, que se levantaban en pocos minutos, alcanzando velocidades superiores a los 130 kilómetros por hora, y la escasez de agua, debida a las bajas temperaturas.

COOPERACION INTERNACIONAL

Las anteriores campañas transcurrieron en la base y en el buque, mientras que este año, gracias a la colaboración con Chile, los científicos españoles ampliaron el campo de trabajo a la isla de Rober y entraron, por primera vez, en el continente con un programa propio.

Desde hace varios años es frecuente la presencia de equipos de investigación españoles que trabajan en bases de otros países. Este año esa colaboración se ha materializado en una campaña compartida con el barco norteamericano "Polar Duke" y el francés "Marienne du Frank".

"Aunque aún no hemos evaluado los resultados científicos", explicó Ana Crespo, presidenta de la Comisión del PEIA, "estamos contentos con el crecimiento de nestra presencia en la Antártida y confiamos en que las investigaciones serán muy útiles, porque los proyectos que se han financiado eran de gran interés".

De acuerdo con las directrices del Tratado Antártico, los miembros de la expedición extremaron las precauciones para evitar la contaminación y el vertido de residuos en la zona, de manera que todas las basuras se clasificaban e incineraban, mientras que los residuos no destructibles se guardaban en contenedores que trasladaron consigo al finalizar l campaña.

La próxima reunión del Tratado Antártico, en el que están involucrados todos los países que desarrollan misiones científicas en el Polo Sur, tendrá lugar en Madrid en la última semana de abril de este año.

EL BUQUE "HESPERIDES"

Para esas mismas fechas, aproximadamente, está prevista la entrega del buque oceanográfico "Hespérides", diseñado específicamente para realizar trabajos antárticos, y empezará a hacer sus primeras campañas de prueba.

Este barco, que ha costado 9.000 millons de pesetas, es, según Ana Crespo, "un gran laboratorio científico en movimiento" que, por razones de mantenimiento, está inscrito en la Armada Española, y será gestionado por una comisión integrada por miembros designados por los ministerios de Defensa, Educación y Ciencia, Infraestructuras y Agricultura.

Cuando entre en funcionamiento, el buque necesitará del apoyo logístico de otros barcos pequeños para coordinar el trabajo con los distintos centros de investigación. Una vez fondeado en las inmediciones de la misión española permitirá analizar los resultados sobre el terreno.

(SERVIMEDIA)
21 Mar 1991
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