Los trabajos forman parte de la campaa Easoe (Experimento Europeo del Ozono Estratosférico Artico), en la que participan 250 expertos.

España está representada a través del Laboratorio de Estudios de la Atmósfera del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (Inta), que desarrolla sus investigaciones en la base operativa instalada en Keflavik (Islandia).

Javier Cacho, director del centro, advirtió hoy en rueda de prensa del peligro que entraña ese fenómeno, que provoca el aumento en los niveles de radiación ultravioleta que alcanzala superficie terrestre, lo que puede causar daños en un gran número de formas de vida.

Asimismo, insistió en que la progresiva desparición del ozono puede alterar el fitoplancton marino, base de la cadena trófica en los océanos, así como la cobertura vegetal y las cosechas agricolas.

CANCER DE PIEL

Los científicos temen que esta situación pueda inducir al incremento en el número de casos de cáncer de piel en los seres humanos y al de afecciones oculares en un gran número de animales.

Sin mbargo, el Inta considera que el problema del hemisferio norte no ha alcanzado todavía las cotas de gravedad que presenta el continente antártico, y recuerda que las mediciones realizadas el año pasado revelaron que mientras en el Artico había desaparecido el 17 por ciento del ozono, en el polo sur esta cantidad ascendía hasta el 50 por ciento.

La base operativa de Keflavik es de responsabilidad española, aunque en ella también trabajan equipos belgas y griegos. Además, hay otras 19 bases repartidas pr toda la geografía del hemisferio norte, que continuamente mandan los resultados de sus investigaciones al centro de datos de la campaña Easoe, en Oslo.

Con esta información se elaborarán mapas de la situación atmosférica que servirán para coordinar los vuelos de los aviones, el lanzamiento de cohetes y la suelta de los grandes globos.

Además de esos trabajos, el Inta desarrolla otros cuyo objetivo es medir el contenido atmosférico del dióxido de nitrógeno, "componente 2.000 veces más escaso y qe juega un gran papel en la perturbación química de la atmósfera, previa destrucción del ozono".

Asimismo, los científicos españoles están probando un nuevo instrumento que mide los componentes atmosféricos, todavía más escasos", aseguran.