En lo que se refiere a las vías de gran capacidad, el acuerdo entre ambas partes va a hacer posible, en primer lugar, la construcción de la Autovía Cuenca-Albacete. Será la Junta de Comunidades la que construya y sea titular de dicha infraestructura, de unos 110 kilómetros de longitud, una vez que el Ministerio de Fomento asume la financiación e integración en la Red Estatal de la Autovía de la Alcarria.

Esta carretera, que unirá Guadalajara y Tarancón a lo largo de 120 kilómetros, estaba prevista en el Plan de Carreteras del Gobierno de Castilla-La Mancha. El Gobierno de España considera que es de interés nacional, ya que ayudará a mejorar las conexiones norte-sur del país enlazando la A-1 y la A-2 con la A-3 y con la Autovía de Castilla-La Mancha .

También en Guadalajara, el Ministerio de Fomento llevará a cabo la unión de las autovías A-1 y A-2 mediante una autovía de conexión entre las dos vías actuales. Así se mejorarán las conexiones entre el Norte de la Península y el Levante.

En el mismo sentido, el Ejecutivo central iniciará los estudios informativos para construir una nueva variante de la A-2 a su paso por Guadalajara para aliviar a la capital de los tráficos de largo recorrido. Se ampliará a un tercer carril esta autovía.

También, a través de este protocolo el Ministerio de Fomento se compromete a tener en cuenta la apuesta del Gobierno autonómico para que el trazado de la Autovía A-43 Extremadura-Levante, a su paso por la provincia de Ciudad Real, se realice a través de la opción sur.

En lo que se refiere a las autopistas, se acuerda la adjudicación, en una primera fase, del proyecto de la AP-41, en el tramo comprendido entre Toledo y Ciudad Real, conectando la capital regional y la ciudad manchega. En el mismo sentido, el documento incorpora la ampliación de la actual R-3 hasta la localidad conquense de Tarancón.

ALTA VELOCIDAD

Las novedades se amplían también a las actuaciones previstas por el acuerdo en materia de alta velocidad. De esta forma, se consigue que Castilla-La Mancha sea la única comunidad autónoma, además de Madrid, que cuente con un intercambiador nacional sur de AVE.

La segunda estación de Toledo, o Estación de La Sagra, permitirá establecer relaciones directas por alta velocidad entre las principales poblaciones castellano-manchegas sin pasar por la capital de España.

Este intercambiador constituirá un nudo estratégico de comunicaciones 50 kilómetros al Sur del único hoy existente, en la Estación de Madrid-Atocha, con lo que puede llegar a servir, en la práctica, de eje vertebrador de todo el tráfico AVE del sur de España. Además, se realizarán los estudios de viabilidad del paso y la parada del AVE en la localidad de Tomelloso (Ciudad Real).