Así lo refleja el último informe de dicho programa, dedicado al análisis de drogas y a la divulgación de información para la reducción de daños y según el cual los “riesgos” que entraña para la salud el consumo de este tipo de pastillas “dependen” de su composición.

Por lo que respecta a los resultados, en su delegación de Andalucía se encontró el porcentaje más alto de pastillas 'fake' analizadas puesto que, de 128, hasta 28 resultaron “no ser lo que se esperaba”, según el informe.

Por su parte, en Cataluña, de un total de 236 pastillas analizadas, 40 fueron 'fake', cifra que representó el 16,94% del total, mientras que en la delegación de Madrid dicho porcentaje fue del 8,88%, con un total de ocho sobre 90 analizadas y en la de Baleares resultó ser del 4,81%, con cuatro pastillas falsas de un total de 83.

De este modo, según el estudio, “aproximadamente” una pastilla y media de cada diez analizadas “no era la sustancia esperada”, pudiendo estar adulterada, contener otras sustancias además de MDMA o ser “una sustancia diferente”.

En este sentido, la mayor parte de esas pastillas falsas, 30, eran de MDMA adulterado con otras sustancias como cafeína (18), anfetamina (nueve), procaína y MDA (una) o con sustancias que no se pudieron identificar (dos).

Asimismo, 25 fueron vendidas como MDMA y contenían sustancias que, según Energy Control, “no tienen efectos psicoactivos”, como los excipientes, y otras 25 en vez de MDMA contenían “otras sustancias”.

Tras puntualizar que esta información se refiere a los meses de junio, julio y agosto, la organización urgió a “seguir observando” el mercado con el objetivo de “saber si esta tendencia de adulteración va en aumento o disminuyendo”.