Según informaron hoy ambas entidades, la Casa Encendida ha superado con éxito las correspondientes auditorías de Aenor que certifican que cumple lo establecido en las normas de referencia sobre eliminación de barreras y sobre prevención de impactos en el medio ambiente.

En concreto, el certificado de Aenor de Accesibilidad Universal reconoce que La Casa Encendida ha implantado un sistema de gestión que permite que sus instalaciones puedan ser disfrutadas por el mayor número posible de personas, tengan o no una discapacidad transitoria o permanente.

Asimismo, la accesibilidad universal que se describe en la norma referente de la certificación no se limita únicamente a la eliminación de barreras arquitectónicas, sensoriales o de cualquier otra índole. Implica ir más allá e integrar el concepto de accesibilidad en la gestión del día a día de la organización, concienciar al personal o implantar las ayudas técnicas necesarias.

Para la concesión de la certificación, los auditores han valorado "el notable esfuerzo" que la organización ha realizado para hacer accesibles las instalaciones de un edificio de estilo neomudéjar de gran valor histórico. Unos trabajos que se han desarrollado en las distintas áreas del edificio como la biblioteca, la zona de exposiciones, los espacios de formación, el auditorio, y que hacen que todo este recorrido sea accesible.

Actualmente, existen nueve organizaciones que disponen de este certificado. Se trata del Museo Guggenheim, dos centros comerciales de Toledo y Madrid, la sede social de Siemens en Tres Cantos (Madrid), el hotel Confortel Pío XII de Madrid, varias estaciones de servicio de Repsol y el centro de congresos Kursaal de San Sebastián.

Por otra parte, el certificado de Gestión Ambiental (ISO 14001) es la herramienta más utilizada en todo el mundo para garantizar una correcta gestión, asegurar el cumplimiento de la legislación y mejorar continuamente su comportamiento ambiental.

Su objetivo es la prevención de los impactos ambientales, utilizando los medios necesarios para evitarlos, reducirlos o controlarlos, pero siempre en equilibrio con la racionalidad de la actividad que se desarrolle.

En el caso de La Casa Encendida, los auditores de AENOR han podido comprobar, entre otros asuntos, cómo el centro cultural favorece la reducción de los consumos de energía así como la concienciación sobre las cuestiones ambientales tanto de sus empleados como sus visitantes.