Según informó este martes la Policía, los agentes han detenido a siete personas y han desmantelado dos macro plantaciones de marihuana en Barcelona y Gerona. La banda estaba formada por ciudadanos albaneses que daban salida al estupefaciente hacia Europa y españoles que proporcionaban la logística necesaria para asentarse en Cataluña.

Asimismo, se realizaron tres registros simultáneos en los domicilios de los principales líderes de la organización encargados de proporcionar la logística necesaria a los albaneses. Fruto de estas entradas en inmuebles, los agentes localizaron 3.500 plantas de marihuana y 28 kilogramos de sustancia estupefaciente.

La investigación se inició el pasado mes de septiembre, cuando los agentes, gracias a los cauces de cooperación policial internacional, localizaron dos macro plantaciones de marihuana en una zona boscosa de Cataluña que, presuntamente, estarían gestionadas y protegidas por una organización criminal de origen albanés con ramificaciones por toda Europa. En una primera fase, los agentes intervinieron 14.000 plantas de marihuana y detuvieron a un ciudadano español, responsable de la custodia de la plantación.

ROBO DE ELECTRICIDAD

Con el avance de las pesquisas, los agentes advirtieron un crecimiento de cultivos de marihuana en la zona de Cataluña. Además, observaron que las organizaciones dedicadas a este tipo de ilícitos solían emplear chalés en urbanizaciones aisladas, de difícil acceso, ubicadas en zonas montañosas cercanas a los núcleos urbanos para evitar llamar la atención de la policía. Asimismo, en la mayor parte de los casos, estas plantaciones conllevan el enganche fraudulento del fluido eléctrico de cara a maximizar los beneficios.

Tras varias gestiones policiales, los agentes constataron que la organización investigada estaba dirigida por ciudadanos albaneses y españoles y que los principales organizadores de las partidas de estupefaciente estaban asentados en la provincia de Gerona. Los albaneses eran quienes tenían los contactos con otras organizaciones criminales asentadas en España, cuyos vínculos les permitían dar salida hacia Europa a toda la sustancia estupefaciente.

Los españoles, por su parte, eran los que facilitaban al resto de miembros del grupo la logística necesaria para instalar las plantaciones de marihuana en la zona de Gerona y Barcelona, proporcionándoles alojamiento y vehículos. Por otra parte, la investigación también reveló que la organización se había visto involucrada en luchas por robos de droga con otras organizaciones con las que se encontraba en conflicto.