Bruselas informó en un comunicado de que después de nueve meses de investigación, ha concluido que el gigante asiático concede ayudas públicas “injustas” a sus fabricantes que perjudican a la industria de automoción europea, y por eso adopta esta medida de respuesta.

Los aranceles extras, que se sumarán a los del 10% que ya se aplican a la entrada de estos productos en el Viejo Continente, serán en lo que se refiere a los principales fabricantes del 17,4% por la compra de la marca BYD, del 19,9% para Geely y del 37,6% para SAIC.

Bruselas afirma en un comunicado que de forma paralela a estos aranceles, las consultas con el Gobierno chino se han intensificado en las últimas semanas y continúan a nivel técnico.

Los aranceles provisionales estarán en vigor durante un máximo de cuatro meses. Después del verano, los Estados miembros deberán votar para decidir si se adoptan con carácter definitivo durante un periodo de cinco años.